“¡Pero precisamente de aquello que nos prohíben hablar hay que hablar,
hundir la lengua en lo invisible convirtiendo las palabras en espejo,
navegar dentro de ellas sabiendo que son barcos carentes de tripulación,
sin más interés que el enigma de qué o quién los convirtió en fantasmas,
una presencia densa pero impalpable a la que hay que acercarse con pasos de ciego,
en este universo donde todo es aproximación y milagro de cera!
Con pasos de ciego hundiremos el bastón blanco en el centro ubicuo,
allí donde palpita el eterno origen dando vida a borbotones.
De él nada podemos decir, por eso en la oscuridad es nuestro guía...
Si aceptamos la ignorancia, ella se convierte en lámpara:
bajo la aparente vacuidad de las palabras se agazapan los fulgores divinos...”
Alejandro Jodorowsky
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