viernes, 24 de julio de 2015

Pasos Para Salir Del Maltrato


El ser humano es el único animal que se queda perennemente en el lugar en el que recibe daños, cuando “nada” le impide escaparse.

El lugar puede ser una situación laboral denigrante, una relación de pareja en la que existe el maltrato, una amistad abusadora, etc. Son cárceles o jaulas con la puertas abiertas en las que se permanece entre el dolor y la queja, el sufrimiento y el bloqueo.

¿Por qué un comportamiento tan antinatural? ¿Qué impide la salida? ¿Qué hace que una persona renuncie a la libertad de vivir tras los muros del daño y el abuso?

De un lado está la evitación de la independencia adulta, ese territorio fuera de los límites de la zona de confort infantil. El terror a la posibilidad de que lo desconocido sea peor que el horror de lo conocido; de otro lado aparece la repetición de un patrón de vinculación conocido o la simbiosis con un miembro del árbol familiar con la que existe un contrato de lealtad inconsciente. Si el abusador es pantalla de proyección de esa figura de apego dañina, en el dolor actual se revive una y otra vez vivencias no integradas del pasado.

Sucede con frecuencia que la solución aprendida que funcionó en una etapa anterior de nuestra vida no sirve para el presente. Es preciso actualizar el sistema e introducir variables de cambio en los mecanismos de defensa caducos.

¿Hay remedio para este autoencadenarse a contextos tan tóxicos y paralizadores del desarrollo?

Para sacar un pie del “encierro”, el prisionero debe tomar conciencia de que el carcelero no es otro que su mismo miedo interior. Para sacar el otro, se necesita el valor de sanar la biografía personal y familiar. Para tomar impulso, es preciso establecer nuevos vínculos sanos en los que apoyarse y que sirvan de guía , de refugio temporal o duradero. Encontramos calor en un maestro, un libro, una nueva amistad, un terapeuta… Recuperar la confianza en el ser humano y seguir caminando nos llevará lejos del abuso y cerca de nosotros mismos. “Siempre hay tiempo para ser lo que deberíamos haber sido”, como dijo George Eliot.

Por otra parte, no hay víctima sin verdugo, ni a la inversa. ¿El maltratado, sea pareja, amigo, jefe, profesor o vecino, está bajo la influencia de algún hechizo metagenealógico?

Eso es tema para otro artículo...

Carmen Guerrero

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Imagen: Escaped from the Cage II by Maria Feliciano
Montaje de Imagen: Manny Jaef
@alejodorowsky en Twitter

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