sábado, 25 de julio de 2015

Escuchar Es Muy Diferente De “Oír”


“La profesora de una pequeña escuela se dio cuenta de que un alumno no estaba escuchando. Estaba muy perezoso, nervioso, inquieto. Así que le preguntó: “¿Por qué? ¿Tienes algún problema? ¿Tienes alguna dificultad? ¿Eres capaz de oírme?”.

El chico respondió: “Oír es fácil; escuchar es el problema”.

El hizo una distinción realmente sutil. Dijo: “Oír es fácil, la estoy oyendo; pero, escuchar /i>es el problema”. Escuchar es más que oír; escuchar implica oír con una conciencia total. Oír solamente está bien; hay sonidos rodeándote por todas partes; los oyes pero no los escuchas. Tienes que oírlos, porque los sonidos siguen golpeando en tus tímpanos; tienes que oír. Pero no estás ahí para escuchar, porque el escuchar implica una atención profunda, una sintonía, no un comentario interior permanente, no un decir sí o no, no un estar de acuerdo o en desacuerdo, porque si lo estás o dejas de estarlo, ¿Cómo vas a poder escucharme es ese momento?

Cuando estás de acuerdo, lo que he dicho ya es pasado; cuando no estás de acuerdo, eso ya se fue. Y, en el momento que mueves tu cabeza interiormente, que dices sí o no, se te está escapando; y esto es algo constante en tu interior.

Tú no puedes escuchar; y entre más instrucción tengas más difícil se vuelve escuchar. Escuchar requiere una atención inocente; tú simplemente escuchas. No hace falta estar de acuerdo o en desacuerdo. Yo no espero tu acuerdo o tu desacuerdo. No te estoy pidiendo tu voto, no estoy buscando que me sigas, no estoy tratando de convencerte de ninguna manera.

¿Qué haces cuando un loro empieza a chillar en un árbol? ¿Haces comentarios? Sí, tú también dices: “Molesta”.Ni siquiera puedes escuchar a un loro. Cuando el viento sopla a través de los árboles y, se produce un susurro, ¿lo escuchas? Puede que algunas veces, te coja distraído. Pero puede, también, que comentes:  “Sí, qué hermoso!”

Ahora, observa: cada vez que comentas, te quedas dormido. La mente ha penetrado, y con la mente entran el pasado y el futuro. Se ha perdido la línea vertical y te vuelves horizontal. Cuando entra la mente te vuelves horizontal. Se te escapa la eternidad.

Escucha, simplemente. No hace falta decir sí o no. No hace falta estar convencido o no convencido. Escucha simplemente y la verdad te será revelada; ¡o la falsedad! Si alguien habla tonterías, si escuchas simplemente, la tontería se te revelará, sin comentario alguno de la mente. Si alguien está en la verdad al hablar, ello se te revelará. La verdad o la falta de ella no son un acuerdo o un desacuerdo de tu mente, es una sensación. Cuando estás en sintonía total, tú sientes, tú simplemente sientes que es cierto o no lo es; y el asunto se termina. No quedan preocupaciones, no quedan pensamientos. ¿Qué puede hacer el pensamiento?

Si has sido formado en un cierto sentido, si eres un cristiano, o un hinduista, o un mahometano, y digo algo que esté de acuerdo con tu formación, tú dirás sí. Si no sucede así, dirás no. ¿Estás tú aquí o solamente está aquí tu formación? Y, la formación es simplemente accidental.

La mente no puede encontrar lo que es verdad, la mente no puede encontrar lo que no es verdad. La mente puede razonar sobre ello, pero todo razonamiento está basado en el condicionamiento. Si eres hinduista razonas de una manera, si eres mahometano razonas de manera diferente. Y cada tipo de condicionamiento racionaliza. No es realmente un razonamiento: tú racionalizas”.

Osho, Y llovieron flores

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