martes, 28 de julio de 2015

Y A Usted, ¿Qué Le Hace Feliz?


Para el padre del Psicoanálisis, Sigmund Freud, la felicidad se reducía a “un problema meramente de la economía libidinal de cada individuo”, es decir, al sexo. En cambio, para el alemán Hermann Hesse, el asunto tenía tintes más románticos: “El que sabe amar es feliz”, llegó a decir.

Otro escritor, José Saramago, conocido por su escepticismo, tenía una visión más existencialista de la cuestión. Para él “la felicidad no es otra cosa que estar en paz con uno mismo”. Seguramente el polifacético Alejandro Jodorowsky estará de acuerdo con él. El chileno tiene como afición dar significados a la felicidad, entre las muchas causas que le atribuye está el “amar lo que haces”.

El doctor israelí Tal Ben-Shahar, sostiene que la alegría se puede aprender, del mismo modo que uno se instruye para esquiar o a jugar al golf: con técnica y práctica. ¿Alguna vez se tiene suficiente felicidad? “Es precisamente la expectativa de ser perfectamente felices lo que nos hace serlo menos”, explica.

Estos son sus seis consejos principales para sentirse afortunado y contento:

1. Perdone sus fracasos. Es más: ¡celébrelos! “Al igual que es inútil quejarse del efecto de la gravedad sobre la Tierra, es imposible tratar de vivir sin emociones negativas, ya que forman parte de la vida, y son tan naturales como la alegría, la felicidad y el bienestar. Aceptando las emociones negativas, conseguiremos abrirnos a disfrutar de la positividad y la alegría”.

2. No dé lo bueno por hecho: agradézcalo. Cosas grandes y pequeñas. “Esa manía que tenemos de pensar que las cosas vienen dadas y siempre estarán ahí tiene poco de realista”.

3. Haga deporte. Basta con practicar un ejercicio suave como caminar a paso rápido durante 30 minutos al día para que el cerebro secrete endorfinas, esas sustancias que nos hacen sentir drogados de felicidad, porque en realidad son unos opiáceos naturales que produce nuestro propio cerebro, que mitigan el dolor y causan placer.

4. Simplifique, en el ocio y el trabajo. “Identifiquemos qué es lo verdaderamente importante, y concentrémonos en ello”. Ya se sabe que “quien mucho abarca, poco aprieta”, y por ello lo mejor es centrarse en algo y no intentarlo todo a la vez. Y no se refiere solo al trabajo, sino también al área personal y al tiempo de ocio: “Mejor apagar el teléfono y desconectar del trabajo esas dos o tres horas que se pasa con la familia”.

5. Aprenda a meditar. Este sencillo hábito combate el estrés. A largo plazo, la práctica continuada de ejercicios de meditación contribuye a afrontar mejor los baches de la vida, superar las crisis con mayor fortaleza interior y ser más nosotros mismos bajo cualquier circunstancia.

6. Practique una nueva habilidad: la resiliencia. La felicidad depende de nuestro estado mental, no de la cuenta corriente. Los pacientes depresivos atribuyen los fracasos a sí mismos, y el éxito, a situaciones externas a su persona; mientras que la gente positiva tiende a colgarse las medallas, y los problemas. Sin embargo, así perdemos la percepción del fracaso como ‘oportunidad’, que tiene mucho que ver con la resiliencia, un concepto que se ha hecho muy popular con la crisis, y que viene prestado originariamente de la Física y de la Ingeniería, con el que se describe la capacidad de un material para recobrar su forma original después de someterse a una presión deformadora. “En las personas, la resiliencia trata de expresar la capacidad de un individuo para enfrentarse a circunstancias adversas, condiciones de vida difíciles, o situaciones potencialmente traumáticas, y recuperarse saliendo fortalecido y con más recursos.

Fuentes: El Mundo / El País
Ilustración: Felicidad by Alfredo Caceres 

No hay comentarios:

Publicar un comentario