lunes, 27 de julio de 2015

Esculpir La Luz Y El Sonido. Entrevista A Martín Bakero, Terapoeta


La poesía de Martín Bakero y la de varios poetas del Foro de Escritores (Kurt Folch, Andrés Anwandter, Ana María Briede y Martín Gübbins) quizás en alguna medida conduzcan a crear conciencia sobre el tema de la autoridad y la convencionalidad como una manera de reconfigurar la manera de imaginar.
He aquí un acercamiento a MB, disparos o detonaciones en el callejón oscuro del entendimiento.

“El trabajo con el sonido me es muy útil en la terapia del autismo. Así como el autismo me es muy útil para elaboración de pictogramas electropneumáticos”.

-¿Quién es usted Martín Bakero?

Otro. Ese precepto rimbaldiano, copiado con excelencia de Víctor Hugo: “Je est un autre”, se puede intentar traducir como “El Yo es un Otro”. Heteros autos, como decían los griegos y alter ego traducían los latinos, tema tan bien intuido por Giorgio Agamben cuando se pone a trabajar con el concepto de amistad en Aristóteles. Me parece fundamental a la hora de definirse, y sobre todo para no caer en la trampa de creer en su propio semblante, por mucho que el “Ideal del Yo” se mantenga cerca, uno no puede creer seriamente en su caricatura. Es el lado castigador de Yahvé cuando dice “Yo soy el que soy”, hablando desde su “Super-Yo”, según el concepto freudiano. Donde pienso no soy. Lacan decía “Cuando pienso no soy y cuando soy no pienso”: o más exactamente se podría agregar, “Soy donde no pienso”, para dejar lelo a Descartes y sus secuaces. Julian Ríos, en Larva, a través de la boca de Rimbaudelaire, uno de sus más bellos y múltiples personajes, dice: “Yo soy el que es hoy”. Por eso uno tiene que amar al Otro, para encontrar el ser de sí-mismo, para dar lo que no se tiene. Dar lo que no se puede tener porque está muy cerca. Necesitamos, para apreciarlo, verlo reflejado en el otro como en un diamante, y así la luz se difunda siete veces en todas direcciones. Paracelso decía que lo que nos habita y nos define en lo más profundo, el Yliaster, está tan cerca dentro de nosotros que sólo podemos verlo reflejado en la lejanía de las estrellas en el cielo, por eso diagnosticaba a través de las constelaciones. Entre los poetas de hoy, la más cercana y certera al respecto es mi amiga Alejandra del Río, con su concepto del “YOtro”.

-¿Pictografía, sonido, combinaciones, alquimia o curación?

Las cinco: permutando, entretejiéndose, alternando, oscilando circadianamente, operando en conjunto para la realización de la obra. No veo oposición en esos temas. Al contrario, los opuestos, como bien sabían los chinos, y Parménides, Empedocles, Blake, Hegel o Marx, se necesitan para avanzar. El trabajo con el sonido me es muy útil en la terapia del autismo. Así como el autismo me es muy útil para elaboración de pictogramas electropneumáticos. La combinación y la permutación es una de las más bellas herencias de la Cábala, como tan acertadamente aprendieron y aplicaron Leibniz y Ramón Llull.

-Steve McCaffery introduce la dicotomía abstracción-concreción. O sea el significado contra el sonido y las formas de las palabras. ¿Cuál crees tú es la tarea de un poema?

“Debemos inventar soportes, y más que soportes, actuar como escultores de luz y sonido, que ante cualquier objeto poema, sepamos dar los golpes justos para que tome su forma más plena”.
El puente entre ambas. Distraer al sentido para dejar que se deslice la libertad que aporta el sonido, por ejemplo, o sacar sin sentidos de la telaraña de las definiciones. La poesía actúa justamente en el espacio entre estos dos elementos, entre fantasía y realidad, entre mapa y territorio para citar a Korziwsky. La poesía permite tomar distancia y/o acercarse. Hacer serio el juego y jugar con la seriedad. La poesía no acepta la realidad, sino que construye una nueva. El poema, así trabajado, crea vida. Poiesis. Esa intuición de Huidobro que suena tan cursi, pero que es tan cierta “no canteís a la rosa, hacedla florecer en el poema”, es la ética del poema. Por eso no nos basta el libro o la página. Debemos inventar soportes, y más que soportes, actuar como escultores de luz y sonido, que ante cualquier objeto poema, sepamos dar los golpes justos para que tome su forma más plena.
En una lectura hace unos meses en La Sorbonne, en París, presenté una ecuación entre problema y su ejecución en tanto que poema. Problema = Poema. Desde ese punto de vista se puede decir que no hay que agregar sino sustraer. Proceso fundamental en la creación. El cabalista Isaac Louria, hablaba del TSIMTSOUM para explicar la creación. El “Tsimtsoum” es el momento en que los “Elohim” se aburren de estar en todas partes para abstraerse de sí mismos y permitir la aparición de lo nuevo.

-Barthes en El placer del texto habla de la lectura como un placer orgásmico contra la noción de una la lectura educativa. ¿Estas de acuerdo en qué la función social de la poesía es el placer?

Absolutamente, más aun cuando es una educación en los placeres. No en una educación “de los placeres” basada en la represión. La única instrucción interesante en esa pauta es la de Lucrecio y Epicuro, la ecuación entre la intensidad y la duración de los placeres, tanto como la capacidad para quitarle el miedo al ser humano. No se trata de domesticar las pasiones, sino de exponenciarlos a la manera indicada por Charles Fourier, como ejemplo. El se dio cuenta magistralmente que hay extensión de los placeres en la variación, la permutación y la imaginación. Fourier proponía que cada miembro del falansterio enseñara lo que más le gustara, su pasión. Sobre todo desde el excentricismo máximo. Antonin Artaud, decía: “Para que ojos si aun no se ha inventado lo que hay que mirar”. Por eso es necesario experimentar. Encontrar y cultivar su “Laboratorio”. En ese sentido, la educación también podría ser un placer.
Si la comprensión es un acto más de consumo. La poesía más innovadora o inconformista tendería, entonces, hacia el disentimiento. Cuando digo “disentimiento” pienso en Charles Berstein al plantear esto dentro de los valores económicos de una sociedad. Es decir, todos somos prisioneros del sistema en que vivimos y siempre utilizamos el mismo lenguaje y las mismas metáforas para responder al problema.

-Berstein plantea intercambiar los modos de representación como una forma de hacer política. En ese sentido ¿cuál crees tú es el planteamiento político de tu poesía?

“Me interesan fundamentalmente las cosas que no entiendo (...) La poesía es justamente trabajar con lo que no se sabe”.
El radical desacato a la dictadura de la realidad. Al mismo tiempo la poesía alarga los límites de la realidad. O sea que rechazando la autenticidad de la realidad, la poesía permite vivir una nueva realidad. Y ahí esta el problema del sentido, la supremacía de la pregunta por sobre la respuesta. Wilfred Bion dice: la respuesta es la desgracia de la pregunta. A mí me interesan fundamentalmente las cosas que no entiendo, ya que lo que entiendo, al utilizarlo, me parece un abuso de poder. La poesía es justamente trabajar con lo que no se sabe. ¿Cuando uno inventa una palabra, un concepto, un sonido, un emblema, abrimos un nuevo terreno donde se desarrollará el ser? La poesía así entendida, como una ética de la existencia, tiene como misión, entre otras, la de abrir dimensiones metafóricas al ser. Así el lector puede encontrar nuevas formas de representar los conflictos humanos, más allá de lo “Real” de cada cuerpo. Si tomamos a Marx y su concepto de “Plus-Valía”, que más tarde fue adaptado por Lacan en el concepto de “Plus de Goce”, podemos pensar que el poema es la transformación de ese ‘Plus”, social e individual, en apariciones fulgurantes de la belleza. Así se transforman pulsiones atómicas, que sino se extrapolan en el objeto poético, generan crímenes, explotaciones, dictaduras. La poesía es una herramienta de libertad.

-Martín sé que haces talleres de arte y curación (terapoesía) ¿en qué consisten y de qué manera se relaciona con el trabajo de Alejandro Jodorowsky?

El ha sido mi maestro, en muchísimos sentidos, en especial en el poético estilo de traer el sueño a la acción. Alejandro me ha ayudado y enseñado a conjugar las dos áreas, de la poesía y la terapia. Antes yo pensaba que sólo se podía hacer solo una cosa. La terapia es una forma de poesía, quizá la poesía del ser, una poesía del ESTAR. Mi amigo Andrés Haye me dice que el concepto de “Dassein” viene antes de Aristóteles y también está en Hegel, y lo traduce como “Estando”. Es una palabra que apunta a la noción de “estar ahí”, a la “entelequia”, al ser en movimiento. Esa ha sido la inspiración de Heidegger en sus lecturas sobre Hölderlin, diciendo que “la Poesía es la morada del Ser”.
La TeraPoesía, en pocas palabras, es la capacidad de vivir las metáforas en movimiento, de “actuar en el mundo” desde el descubrimiento de la singular poética de cada uno, es permitir al inconsciente el manifestarse plenamente, ya no “contra la realidad”, sino “en la realidad” desde los síntomas de cada uno, transformando los síntomas en “(SINTOM)ARTES”. Poemas viviendo. Por eso los mejores lectores de Freud han sido los surrealistas, quienes se inspiraban de él, Marx y Rimbaud, para así “traer el sueño a la acción”. Dalí fue el maestro de Lacan.
La terapoesía, más bien dicho los talleres para TeraPoetas, es una noción que se inspira muchísimo del impulso de estos poetas, como Jodorowsky, y otros tales como Empédocles, Sócrates, Freud, Bretón, Llull, Rimbaud, Lacan, Eliphas Levi, Pitágoras, Epicuro, Bion, Blake, Oswald de Andrade, Rumi, Issa, para nombrar sólo un puñado. Quienes no han dado su arte a torcer por los avatares de la realidad. Concretamente, es un neologismo que se nos ocurrió simultáneamente a David Giannoni, mi amigo poeta, terapeuta y editor belga, y a mi: en sueños, que nos fueron comunicados paralelamente, y que nos lo compartimos al otro día. Magia cotidiana, “Danza de la realidad” como dice Alejandro.

-Cuando Jodorowsky se fue a París cuenta que tiró su libreta de teléfonos y direcciones al mar ¿Martín Bakero qué fue lo que tú dejaste atrás?

“El problema en Chile es que nadie cree mucho en lo que cree. Hay que salir de Chile para apreciarlo”.
No he dejado de lado nada atrás por que el “atrás” es un artificio de la memoria. Y la memoria no es más que otra especie de la imaginación. Pienso que vamos hacia atrás de espalda, mirando el pasado pensando que vamos hacia adelante. Vuelvo siempre a Chile porque ahí está mi hija, mis amigos, gente que adoro, y la mejor poesía del mundo. Si bien, claro está, no hay “mejor” ni “peor” en poesía. El problema en Chile es que nadie cree mucho en lo que cree. Hay que salir de Chile para apreciarlo, como el Yliaster.

-¿Martín tu último libro Viceversa es un pez invisible nadando en el vacío?

... O como decía Lichtenberg, “Un cuchillo sin mango al que le falta el filo”. O sea algo imposible, vuelto objeto. Experiencias mánticas permutativas, un trabajo desde una frontera nueva entre el sonido y el sentido. Para componer ese libro tuve que volver al “Silabario Hispanoamericano”, con el cual mi abuela Teresa me enseñó a leer y a escribir, cuando tenía tres años; y a una relectura de Garcilaso. También me he inspirado mucho de mi trabajo con el autismo, de como acceder al lenguaje por la falta y luego la ecolalia. Explorando los límites entre la ausencia y el sonido.

Disparos gatillados por David Bustos, repelidos y enfrentados por Martín Bakero

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