miércoles, 15 de julio de 2015

Proyecciones


“Lo externo es la proyección de lo que encuentras en tu interior”.
— Alejandro Jodorowsky 

Existe una creencia bastante común de que ciertas cosas (o todas) que nos pasan no tienen que ver con nosotros. Encontrarnos un camarero antipático, tropezarnos, no conseguir un trabajo, tener lumbalgia,... son cosas que tienen que ver con algún elemento externo y que escapa a nuestro control: es el camarero que tiene un mal día, el suelo que está mal asfaltado, el otro candidato que tenía más títulos, la cantidad de ejercicio que he hecho o mi cuerpo que ya tiene una edad... A primera vista, puede parecer que vivir con esa creencia es sencillo: “no tiene que ver conmigo” (o al menos, no del todo) así que puedo relajarme y echarle la “culpa” al azar... Pero ¿puede existir algo más desempoderador? Si yo no me hago cargo de como contribuyo a crear mi propia vida, en TODOS Y CADA UNO DE SUS ASPECTOS, incluso en aquellos que no entiendo (aún) como o porqué se están manifestando, no voy a poder cambiarlos y mi vida va a seguir siempre igual: devolviéndome una imagen que no me gusta. Si en cambio acepto que es mi programación la que lo está creando todo, tengo la posibilidad de, “más pronto o más temprano”, cambiar...

“Se dice que hace tiempo, en un pequeño y lejano pueblo, había una casa abandonada. Cierto día, un perrito buscando refugio del sol, logró meterse por un agujero de una de las puertas de dicha casa. El perrito, subió por las viejas escaleras de madera. Al terminar de subir, se topó con una puerta semiabierta; lentamente se adentró en el cuarto. Para su sorpresa, se dio cuenta que, dentro del lugar habían 1000 perritos más observándolo tan fijamente como él los observaba a ellos. El perrito, comenzó a mover la cola y a levantar sus orejas poco a poco. Los 1000 perritos, hacían lo mismo. Luego, sonrió y le ladró alegremente a uno de ellos. ¡El perrito se sorprendió al ver que los 1000 perritos le sonreían y le ladraban alegremente a él! Cuando el perrito salió del cuarto, se quedó pensando para sí mismo ¡Qué lugar tan agradable! ¡Vendré más seguido a visitarlo!

Tiempo después, otro perrito callejero, entró al mismo cuarto; pero a diferencia del primero, ese perrito, al ver a los otros 1000, se sintió amenazado, ya que lo miraron de manera agresiva. Empezó a gruñir y, claro, vio como los 1000 perritos le gruñían a él. Cuando el perrito salió del cuarto, pensó: ¡Qué lugar tan horrible es este! ¡Jamás volveré a entrar aquí!

En el frente de dicha casa, se podía leer un letrero que decía: “La casa de los 1000 espejos”...

***
“La vida te hace de espejo: te devuelve lo que crees que eres...
Todo lo que te pasa, lo que tienes y lo que ves a tu alrededor, es un reflejo TUYO.
Si algo no te gusta, cambia TÚ y desaparecerá”.

Imagen: Mirrored by Adrian Sadlier

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