«Consiga una parcela del cuerpo de la persona que quiere embrujar (saliva, sangre, cabellos, uñas), o cualquier objeto impregnado de ella (un pedazo de ropa, etc.). Agregue una parcela idéntica de su propia persona. Envuelva todo en una cinta roja sobre la cual habrá trazado el nombre suyo y el de la otra persona, escribiéndolos con su sangre (doble la cinta de modo que los nombres se toquen). Encerrará ese encanto en el cuerpo disecado de un gorrión durante siete días. Después lo portará bajo su axila otros siete días. Luego echará todo al fuego. Mientras el encanto arde, irá a ver a la persona que ama. La encontrará embrujada. Se le entregará».
Lo que quiere decir es que, si necesitamos realizar tan complicado embrujo, es porque el ser deseado nos rechaza o es un ideal imposible. Toda obsesión amorosa por una persona que nunca satisfará nuestros deseos, es el deslizamiento de las impulsiones incestuosas infantiles hacia nuestra madre o nuestro padre. Al mismo tiempo que deseamos que se nos entregue, hacemos todo lo posible para que esto no suceda. La mayoría de los/las solitarios que se quejan de no tener oportunidades de encontrar una pareja, en el fondo, a causa de diferentes traumas y conflictos, está rechazando esa unión. Para encontrar hay que dejar de rechazar y hacerse disponible, no hacia un ser determinado, sino hacia quien las fuerzas universales desean unirnos. Es preciso entonces convencer al inconsciente de que nos ayude. Se puede conseguir esto siguiendo dos caminos, uno lento, el otro rápido. El lento exige un análisis del árbol genealógico y un consultante valiente que no tema enfrentar recuerdos dolorosos, para liberarse de la trampa incestuosa. En el camino rápido, que es el de la psicomagia, sólo se necesita tener fe.
Aconsejo al consultante que se amarre una cinta rosa en el pene donde haya escrito, con tinta verde: «Necesito una mujer». La consultante debe amarrarse alrededor de la cintura una cinta azul celeste donde haya escrito con tinta roja: «Necesito un hombre». El/la consultante, una vez a las seis de la mañana, otra a las seis de la tarde y la última a medianoche, frente a un espejo, mirándose fijamente a los ojos, debe recitar gritando:
«¡Que venga, que venga que nadie la/lo detenga!». Debe hacer esto durante tres días seguidos, sin desatar la cinta.
La curandera mexicana Pachita, una sutil conocedora del alma humana, me aconsejó un hechizo que muy bien puede formar parte de mis recetas de psicomagia:
«Hijo querido, toma un trozo de ámbar, si te es posible con un insecto incrustado en su interior, y sostenlo en tu mano izquierda cerrada. Pon esa mano sobre tu corazón, cierra los ojos y concéntrate en el tipo de persona que deseas atraer. Imagínatela con todos los detalles que puedas: altura, peso, color de ojos y cabello, intereses en la vida, actividades que te gustaría que hiciera. Imagínate con esa persona, acostados juntos en una cama.
Ahora besa el ámbar y colócalo en un pañuelo de seda rosa, y envuélvelo de forma segura. Llévalo contigo todo el tiempo durante los próximos siete días, durmiendo inclusive con el ámbar debajo de la almohada. Cada mañana repite todo, visualizando y sosteniendo la piedra, pero sin sacarla de su envoltura. Alrededor del séptimo día encontrarás a alguien muy parecido a la persona que deseas hallar».
Si el/la consultante, viendo a una persona desconocida, ha recibido el flechazo y desea ardientemente formar pareja con ella porque cree que es la mujer o el hombre de su vida, pero no se siente capaz de conquistarla, eso quiere decir que las solapadas impulsiones edípicas le están haciendo desear un amor imposible. El inconsciente hará lo posible
para que su sueño romántico no se realice, obligándolo a actuar tan torpemente que será rechazado. Para que eso no suceda, se debe lograr que el inconsciente nos dé una seguridad total en nosotros mismos y en nuestro éxito, mediante esta antigua receta mágica:
«Coloque sobre una mesa de madera el corazón de un cordero. Ponga sobre este corazón una fotografía o un dibujo de la persona que ama. Forme con pétalos de rosa un falo (si es una mujer, un óvalo) rodeando el corazón del cordero y el retrato.
Con una aguja, pínchese el dedo anular derecho y deje caer siete gotas de su sangre sobre el retrato. Con la misma aguja, atraviese el retrato y el corazón, mientras repite cien veces el nombre de la persona que desea que lo/la quiera.
Una vez hecho esto, a medianoche, queme todos los elementos en una fogata, encendida al aire libre»
∼✻∼
Alejandro Jodorowsky en “Manual de Psicomagia”.
Gracias infinitas por compartir esta info!!!
ResponderEliminarUn dedo por ejemplo?
ResponderEliminarExelente maestro de la psicomagia gracias
ResponderEliminarEstuve viendo esta pagina para buscar novia y no encontre donde se inscriben las mujeres, alguien ayuda please
ResponderEliminarDisculpa, a alguien le ha funcionado?
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