“Los milagros existen. Kickstarter ha terminado, y hemos recibido mucho más de lo que habíamos pedido. Esto prueba que el cine puede tener alma. Haré todo lo posible ahora por crear una película formidable, no para mi beneficio, sino pensando que si la película es formidable, ese dinero poético que recibieron valdrá 100 veces más y será el recuerdo cultural de un acontecimiento mágico. Dar es recibir, y recibir es dar. Estoy contento y me emociono ¡Gracias!”. Con esas palabras, Alejandro Jodorowsky (1929) agradeció a fines de marzo el apoyo concreto que recibió de sus seguidores, a través de la plataforma crowfounding Kickstarter, para reunir aportes voluntarios: en un mes el director de El topo logró juntar US$ 442.314, el dinero que le faltaba para cubrir los US$ 3 millones que costará su próxima película, Poesía sin fin, y que ya tiene inversionistas japoneses y europeos.
Se trata de la continuación de La danza de la realidad, el filme que narra su niñez en Tocopilla y que lo devolvió al ruedo tras 23 años sin filmar, estrenado en 2014 con éxito en salas de Estados Unidos, Francia, Berlín, Chile y Japón. Ahora, a sus 86 años, Jodorowsky está embarcado en cuerpo y alma en una nueva aventura: plasmar en imágenes su juventud en Santiago en los años 40 y 50, época en que nació su vocación artística, fundó la tropa de pantomima Teatro Mímico y el primer Teatro de Títeres de la U. de Chile; escribió sus primeros textos dramáticos y se vinculó a los poetas Enrique Lihn y Nicanor Parra, con quienes creó el collage Quebrantahuesos. Además, tuvo su primera relación amorosa, con la escritora Stella Díaz Varín.
Las vivencias de esos años, recogidas en su libro de memorias La danza de la realidad, serán reproducidos en la película que el artista empezó a filmar la semana pasada en Santiago, en el barrio Matucana de Quinta Normal, a donde llegó a vivir con sus padres, una pareja de inmigrantes judíos ucranianos, en 1939. Jodorowsky tenía sólo 10 años. “Alejandro está completamente absorbido por el proyecto y no tiene tiempo para nada más que para su nuevo filme”, explica su esposa, la diseñadora Pascale Montandon.
Aunque no hay tiempo para entrevistas, Jodorowsky sí se ha comprometido a mantener activa su cuenta de Twitter, donde cada día cuenta detalles del rodaje, que entrecruza con frases poéticas. “3er día de filmación de Poesía sin fin. Un enorme caos creativo, movido por un solo anhelo: realizar una obra profunda y honesta”, escribió el 3 de julio. Y luego ese mismo día anotó: “Otra vez Brontis, siendo mi hijo es mi padre, y Adán, siendo mi hijo es yo cuando tenía 23 años. Tremendo acto de psicomagia para nosotros 3”, aludiendo a parte del elenco de Poesía sin fin, donde se repetirán la soprano Pamela Flores, quien fue la madre de Jodorowsky en La danza de la realidad, y Jeremías Herskovitz, quien lo interpretó de niño. También ha logrado congregar a importantes personalidades, como el director de arte Takashi Sasaki, que participó en Kill Bill 1 de Quentin Tarantino; al fotógrafo Chris Doyle, conocido por su trabajo en Con ánimo de amar de Wong Kar Wai y Héroe de Zhan Yimou, y al poeta sirio Adonis, que según anunció el propio Jodorowsky aceptó aparecer en la película.
Ciudad Jodorowsky
Claro que por estos días, Santiago no es el único lugar que se llena de la mística de Jodorowsky. En el CAPC, el museo de arte contemporáneo de Bordeaux, Francia, se presenta la primera retrospectiva del artista, donde se exhiben las Fábulas Pánicas, viñetas que el chileno publicó en el Heraldo de México, país donde vivió entre 1958 y 1974, nunca vistas en Europa; su trabajo con Moebius para El Incal, y el cómic surrealista Cinco Tableros, además de los diseños conceptuales para sus películas, incluida Duna, el proyecto de ciencia ficción que reuniría a Dalí, Mick Jagger y Orson Welles, y que el artista nunca pudo filmar.
La muestra abarca un ciclo con sus ocho filmes, desde la muda La corbata (1957) hasta La danza de la realidad (2014), todo cruzado por su poesía y obras de teatro que serán interpretadas por artistas invitados y vídeos de archivo. “Jodorowsky ha marcado a generaciones de cineastas, dibujantes, artistas, poetas y personas comunes. Es un artista inclasificable, único”, dice la curadora y directora del CAPC, la colombiana María Inés Rodríguez. “Hay dos aspectos fundamentales en su vida: el tarot y la poesía, desde ese principio estructuramos la exposición. Articulamos el espacio a partir de los 22 arcanos mayores y el arquitecto griego Andreas Angelidakis incluyó elementos arquitectónicos de sus películas para hacer del museo una especie de ciudad jodorowskyana”.
En Chile, Jodorowsky es conocido por sus libros y películas, que desde el 2000 han vivido una revaloración mundial y hoy son consideradas de culto. Su faceta como guionista y dibujante de cómics, en cambio, es menos popular, aunque ha sido la más prolífica, con más de 40 títulos. “Alimenté a mis cinco hijos y gané mucho dinero. El cómic es un arte industrial, una carrera y a la vez un arte maravilloso. En Francia es algo cultural”, ha dicho el autor.
Por estos días, eso sí, su energía se concentra en el rodaje de Poesía sin fin, que se extenderán hasta fines agosto con la convocatoria pública de extras: en Valparaíso, grabará con bailarines este fin de semana, y el 25 agosto, a las 17 horas, la cita es en el Teatro Caupolicán, donde espera a reunir a más de 500 personas. Los milagros para Jodorowsky existen.
Fuente: La Tercera
Imagen: Jodorowsky junto a los 22 arcanos mayores del tarot en la muestra del museo de arte contemporáneo de Bordeaux, en Francia
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