“De tres años a la fecha he ido recuperando algunas libretas con las que de algún modo he ido configurando historias visuales. Estoy muy interesada en el mundo gráfico contemporáneo, sobre todo con aquellas que mezclan las técnicas tradicionales con las tecnologías”, afirma Lara, quien ya había adelantado parte de este trabajo a través de una serie de libros que publicó con Ediciones Acapulco en 2014.
Del dibujo a las placas de grabado y del aguafuerte al bordado fue como Lara, configuró algunos procesos para la conformación de esta muestra en la que, dice, la intención principal es “contar historias concretas con un lenguaje totalmente abstracto”. Así lo muestra en Intemperie, donde se puede apreciar “Bitácora”; “un cuaderno largo donde la idea de estar a la intemperie y de la sensación de desamparo se construyen a partir de imágenes que hablan del clima, del cosmos y de imágenes elípticas que reflejan de manera poética, y al mismo tiempo desconcertante, esa ‘cerrazón’ que estamos teniendo cada vez más con nuestro entorno y nuestro futuro”, explica Lara.
Pero aunque en Intemperie se condensan diversas técnicas y soportes, el dibujo juega un rol esencial, del que parte todo su proceso creativo, “Para mí es importante el dibujo porque es un lugar donde concepto y sensibilidad coinciden. El dibujo es una manera de reflexión muy cercana a la escritura; comparten ciertos órganos vitales y, al mismo tiempo, hay diferencias que enriquecen cada proceso. Es básico para el arte contemporáneo. En este trabajo, por ejemplo, estamos muy pendientes (y digo estamos porque trabajo con dos artistas: Luis Ordoñez y Minerva Ayón) y conscientes de que los bordados son una traducción, y no queremos perder el pulso del trazo inicial del dibujo, porque creemos que la línea del dibujo tiene cierto nerviosismo que no se debe perder; es una declaración de principios.
A lo largo de 40 años de trayectoria, la artista cuya influencia de la escena mexicana setentera es evidente, ha propuesto poner al cuerpo y su sensibilidad en primer plano para su obra. La intuición, vista como detonante creativo silencioso, también forma parte importante de sus exploraciones estéticas.
Influenciada por grandes creadores como William Blake, Joseph Beuys, Gilberto Aceves Navarro y Alejandro Jodorowsky, Lara cuenta que en Intemperie se condensan sus más grandes apegos y predilecciones, “Siempre me interesó el tema de la identidad. Cuando comencé quería tener un vocabulario femenino que estuviera impregnado de sexualidad distinta, de una manera que no estaba completamente dicha en el arte mexicano. En este sentido, en el desamparo hay un gran elemento biográfico, pero también un interés en esas historias que vivimos como comunidad; porque es lo que pasa con este clima de violencia e inseguridad —los secuestros, las llamadas telefónicas, la fragilidad de nuestra juventud—. Lo que me gustaría que pensara la gente al salir de esta exposición es que se le contaron historias sobre quienes somos y qué queremos compartir”, puntualiza.
Sin exhibicionismos, Lara comprueba que su arte es un referente ineludible para entender a México.
Fuente: La Razón. Entrevista con Magali Lara, con 40 años de trabajo se reafirma como protagonista de la plástica en México.
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