jueves, 2 de julio de 2015

La Realización No Se Encuentra Tan Lejos

Un discípulo dice al Maestro:
-Soy una persona estúpida. Floto, me ahogo, floto, me ahogo, floto, me ahogo... ¿Cuándo me liberaré de este doloroso mundo? Flotar, ahogarse, flotar... ¡Qué difícil es vivir!
El Maestro no responde nada. El discípulo lo mira largo rato, espera y por fin le dice:
-¡Maestro! ¿Acaso no estoy aquí, frente a usted, preguntándole una cosa?
-¿Dónde estás ahora? ¿Flotando o ahogándote?

Si el discípulo, dejando de pensar si flota o se ahoga, o que sobrevive con dificultad o que le va muy mal, se comunicara realmente con el maestro, dejaría de tener problemas. Son problemas ilusorios: ni se está ahogando ni está flotando, es un diamante frente a otro diamante, es un Buda frente a otro, una perfección frente a otra. La diferencia entre ellos es que el maestro es consciente de que el ser humano es una obra milagrosa, y el discípulo no. Éste, en lugar de identificarse con su Yo esencial, se sumerge en los límites de su Yo personal. Cree que la realización se encuentra en el futuro. Se inventa una enorme angustia que no le permite entrar en el presente... Por eso el Maestro no le responde. Si el discípulo dice que está ahogándose y flotando sucesivamente, no está en la realidad sino en su mundo mental. En cambio, el Maestro está en la realidad, presente. Y ahí no hay nada que permita ahogarse o flotar. Ni océano, ni agua, ni angustia. Sólo paz.

Alejandro Jodorowsky
Imagen: Float by Hengki Koentjoro 

No hay comentarios:

Publicar un comentario