miércoles, 8 de abril de 2015

Del Dolor A La Alegría

“¿El dolor, la alegría, 
la innumerable gama de sentimientos? 
Nubes efímeras atravesando 
el azul de un cielo infinito”. 

Alejandro Jodorowsky 

Cuando en mi oscuro rincón de duelo, sentado en posición de meditación, me desprendía del yo personal, entraba en la diáfana dimensión donde, cual extrañas plantas, surgen infinitas maneras de pensar. No hay fórmulas limitantes, no hay una verdad sino miles, simultáneas, contradictorias, complejas, simples, útiles e inútiles. La única cualidad que las hermana es la belleza. Pensar no es una ciencia sino un arte. Lo que se dice nunca se comprende en su totalidad, sólo se intuye.

En el Génesis, 28,12, está escrito: “... he aquí una escalera apoyada en la tierra, y su extremo tocaba el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella”... Este subir de la tierra y bajar del cielo se me presentó como una vía doble y simultánea: al mismo tiempo que una forma de pensar; clara y distinta, poco a poco se iba haciendo poesía, otra forma de pensar, emocional, compleja, incierta, se volvía filosofía. Ambas, aunque diferentes, se respondían, se entremezclaban, unidas, como hermanos siameses, por un corazón único, que latía en una zona donde el dolor era impensable.

Fragmento de “La escalera de los ángeles”, de Alejandro Jodorowsky
__

“Acepto mi dolor y acepto mi alegría. 
La Tierra acepta juntos a la noche y al día”.

Alejandro Jodorowsky 

Soy el cielo infinito que deja pasar las nubes ¿Qué me queda? Una sola mirada, sin objeto, consciente de sí misma, haciendo de sí misma la última y máxima realidad. Entonces estallo en pura luz. Entonces me convierto en eje de una danza total, en agua bendita a la que vienen a beber los sedientos.
A partir de ese momento soy el aire puro que expulsa las atmósferas viciadas. A partir de ese momento, mi cuerpo atado se convierte en fuente cataclísmica de la vida eterna.
Solo soy un corazón que late, que propulsa la belleza hacia los confines de la creación. Me convierto en la dulzura apacible en cualquier dolor, en la incesante gratitud, en la puerta que conduce a las víctimas al éxtasis. El camino en pendiente por el que uno se desliza hacia arriba. En la viva luz que circula en la oscuridad de la sangre.

Fragmento del Arcano “El Colgado” del libro “La vía del Tarot” de Alejandro Jodorowsky

Imagen: Cherry Clouds by VivalaVida (Claudia Müller) 
Óleo sobre lienzo, 40 x 40 cm


No hay comentarios:

Publicar un comentario