No hace falta odiar al que te cura. Eres tú quien lo hace. Si el otro te ayuda a realizar una toma de conciencia, ¡Deja de odiarlo! Tu odio es tu defensa. Cuanta mayor es la conciencia que absorbes, más detestas a esa persona que lo ha provocado. Prefieres quedarte en la enfermedad porque es más confortable y porque tienes miedo a la vida. ¡Vence ese miedo! Tu Dios interior te lo enseña paso a paso.
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Alejandro Jodorowsky, en “Evangelios para sanar“
Ilustración: Antti Saarainen
Intervención de Imagen: Manny Jaef
@alejodorowsky en Twitter
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