La escalera de los ángeles no fue un consuelo para mí, fue una tabla de salvación. No hay en este libro ni una sola palabra que no me haya sido dictada por ese centro luminoso que es la raíz o el fruto de nuestra sombra.
El Todo es siempre, si no es siempre no es Todo. La parte es efímera; si no es efímera no es parte. El Todo precede a sus partes. Si no las precede es parte de las partes. Las partes son acontecer, no ser. Lo que acontece es efímero, cambia. El Todo no acontece ni cambia. Como es siempre, los cambios y acontecimientos son ilusorios. Siendo el Todo algo más que la suma de sus partes, por precederlas también es menos que sus partes.
Mientras el pájaro del secreto nos canta en los oídos
buscamos palpando como ciegos el perfil de las palabras
queriendo hacer de su sentido piedras en nuestras manos
mas por no escucharlo hemos perdido el acceso al mundo
Cualquier ley, idea o concepto, por ser limitada expresión de un Todo incognoscible, válida sólo para el individuo o la sociedad que la pronuncia en un presente dado, será, en un momento futuro, objeto de risa. Por fragmentario, el pensamiento humano presentado como “serio” es cómico. Sabiduría es la búsqueda de lo risible en un pensamiento que siempre, por ser ilusoria parte, está condenado al error. La risa denuncia sus límites y aproxima este pensamiento a la totalidad. Cómico es aquello que, siendo parte, es tomado como Todo.
Queremos permanecer para siempre de una manera absurda
dentro de los límites del ser que ni siquiera es nada,
pero el tiempo se divide en un infinito mar de ángeles
muriendo con sonrisas de cordero en las manos de Dios.
“La Escalera de Jacob”, William Blake - 1880
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A Propósito De “La Escalera De Los Ángeles”...
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