Solamente decir no basta, hay que cambiar aquello que llamamos “yo mismo”.
El ojo artificial construido alrededor de un punto que es la fuente
Desvía desde el comienzo el transcurrir de las aves invisibles
Que tienen por misión hacer nido en los estertores del sueño.
Si yo me pienso mal transformo en cárcel cada nube, en piedra cada pan,
Establezco fronteras en el goce informe, le doy una razón a la locura,
Petrifico al viento y también encadeno a los abanicos de plumas,
Dicto leyes que limitan la mirada a cuatro ángulos,
Con líneas de tiza blanca establezco en los cuerpos senderos precisos
Por donde deben transitar las caricias, condenando a la horca
A quien toca las regiones malditas. Sólo permito una pierna
Y el resto han de ser muletas. Los sentimientos que no son palabras
Deben podrirse en un calabozo. En fin, cambiaré los cerebros por relojes…
En cada araña duerme un hada y cada piedra tiene poderes milagrosos.
El océano puede no sólo crear peces sino también barcos angélicos
Y el viento alegrar las ciudades transportando el aroma de los santos.
De la tierra es posible ver crecer árboles con frutos que son pájaros
Y del cielo caer vírgenes con el cuerpo lleno de leche:
Una para cada huérfano.
◇
Alejandro Jodorowsky [Metapoemas, en: Poesía sin fin, p. 69-70]
Imagen: Ron Ray
No hay comentarios:
Publicar un comentario