viernes, 10 de abril de 2015

Atravesar El Espejo: El Mundo De Jodorowsky




Humano y animal
La interconexión entre ser humano y animal ocupa un lugar destacado en el cine de Alejandro Jodorowsky. En sus filmes, encontramos una equidad y permutación de estos dos roles, así como una transformación del uno al otro. En mi ensayo audiovisual Human and Animal: Jodorowsky’s Looking-Glass World, examino detalladamente cinco de sus películas desde esta perspectiva: Fando y Lis (1968), El topo (1970), La montaña sagrada (The Holy Mountain, 1973), Santa sangre (1989) y The Rainbow Thief (1990).
La distinción animal-humano es contradicha de muchas maneras. Para empezar, el animal y el ser humano son situados al mismo nivel, disfrutan del mismo estatus: comparten los mismos alimentos, comen en la misma mesa. En algunas escenas los humanos son presentados junto a un animal que es su igual. Esta equidad es avalada por una serie de propiedades —aspecto, movimiento, sonido— similares, pero también es enfatizada por la proximidad física (dentro del mismo plano) o por un montaje asociativo.
Además de esta analogía entre humanos y animales, los filmes de Jodorowsky presentan también una especie de fusión conspicua. El animal abandona, literalmente, el cuerpo humano: es arrancado, a veces incluso extirpado de él; pero esta separación también es invertida: el animal penetra el cuerpo humano, haciendo que se produzca una fusión entre ambos (como cuando, por ejemplo, un pájaro es colocado en la boca de una mujer).
Siguiendo el mismo patrón, también podemos observar una permutación entre ambos seres. Los humanos son perseguidos, marcados, enjaulados, desechados y conducidos como ganado mientras a los perros se les sirve champán y caviar. Sin embargo, los hombres no son siempre forzados a adoptar el papel de los animales; algunos de ellos eligen actuar así: se visten con pieles de cocodrilo, ladran como perros, cantan como pájaros, mueven sus brazos igual que si fuesen alas, y prefieren comer con las manos. Mientras los animales, por el contrario, ostentan una posición privilegiada y tienen voces humanas.
En el cine de Jodorowsky, esta metamorfosis/permutación se produce también entre hombre y mujer, e incluso entre vida y muerte. Los numerosos personajes travestidos que aparecen en sus filmes sirven al director para señalar un desplazamiento del género o una transformación del cuerpo (mediante el maquillaje, la pintura corporal o el afeitado). Los muñecos que pueblan sus películas parecen, frecuentemente, objetos animados que combinan, en su interior, vida y muerte. Algunos de sus personajes resucitan o ni siquiera mueren —aunque la lógica de las circunstancias apunte a su defunción—. En términos generales, vida, muerte e inmortalidad son tópicos tematizados en los diálogos y simbolizados mediante imágenes de cementerios, tumbas y huesos.
El cine de Jodorowsky se caracteriza por la voluntad de traspasar las fronteras y problematizar lo que asumimos como normal, sea en el terreno de lo humano y lo animal, de lo masculino y lo femenino, o de la vida y la muerte.

Texto original © Milena Kan, septiembre 2014 | Traducción al español © Cristina Álvarez López, septiembre 2014

No hay comentarios:

Publicar un comentario