jueves, 15 de octubre de 2015

Tres Fábulas Cortas Con Animales. Alejandro Jodorowsky


Alejandro Jodorowsky: Los escritores de fábulas han usado como personajes a animales porque en la prehistoria, cuando el cerebro humano se estaba formando, los animales fueron considerados maestros, dando origen con sus conductas a divinidades totémicas. La rana, por ejemplo, fue el origen de la diosa Afrodita. Es por eso que en los cuentos de hadas, a veces una rana es una princesa encantada. (¡Fuera máscaras: las princesas son afrodisíacas!)... Para seguir con la tradición, hoy presento tres fábulas cortas con animales:

EL DEVORADOR.- Un cocodrilo gigante se había apoderado de los pantanos, sembrando el pánico. Una cacatúa y un papagayo comentaban: “¡Qué monstruo horrible! ¡Se comió a nuestro amigo jabalí! ¡Devoró a la prima avestruz! ¡El buen venado desapareció en sus fauces! ¡Es un asesino!”... Al atardecer, cuando el saurio dormía en la orilla con la panza repleta, un castor vio a la cacatúa y al papagayo picoteando las mandíbulas del criminal. Les preguntó: “¿Qué hacen ahí?” Y el par, cínicamente respondió: “¡Nos alimentamos de los pedacitos de carne que le quedan entre los dientes!”
COMENTARIO.- Antes de criticar, estudia hasta que punto eres cómplice.

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EL CUADRÚPEDO ILUSO.- Un gran guerrero cazó y domó a un caballo que vivía feliz galopando por las praderas salvajes. Juntos conquistaron ciudades y países. El herbívoro comenzó a pensar: “¡Qué poderoso soy!” Un día mataron a su jinete. El animal exclamó: “¡Yo continuaré la conquista del mundo!” Y atacó una fortaleza. Lo mataron en unos segundos y dieron su carne a los perros.
COMENTARIO.- Mi amigo Pablo trabajaba con un millonario, produciendo películas. Logró realizar varias con el dinero de su protector. Al cabo de un tiempo, como artistas, técnicos y comerciantes lo saludaban con respeto, se sintió importante. Abandonó a su productor, creyendo que él solo podía realizar muchos filmes. ¡Todos dejaron de recibirlo, burlándose de sus proyectos!

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EL FIN DE UN NOBLE OFICIO.- En un reino lejano, abundaban las serpientes cobras. Los fakires las hipnotizaban y haciéndolas danzar se ganaban la vida. Un niño imprudente se creyó fakir y trató de encantar a los reptiles. Estos lo picaron, quitándole la vida. El rey al enterarse de esto, ordenó: “¡Desde hoy, bajo pena de muerte, se prohíbe hipnotizar a las cobras!” Y es así como los fakires profesionales se murieron de hambre.
COMENTARIO.- El ser humano tiene niveles diferentes de desarrollo espiritual. Lo que es mortal para unos puede ser vital para otros. La prohibición nunca engendra una solución. Es mejor educar que impedir.

Fuente (Texto): Plano Sin Fin

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