Nuestro instinto sexual, animal, pide la reproducción de la vida. El acto reproductor es el mayor placer físico. Placer y vida son sinónimos. Del placer personal, animal, ascendemos al placer de la vida misma, total. No hay más paraíso que la vida. El universo es un orgasmo incesante. El placer de la vida es la ESENCIA del alma. El alma es la conciencia pura, el placer supremo. El universo es un cuerpo consciente, en éxtasis. Quien se sumerge en el placer de vivir, abre su centro emocional y se une al todo. Es una disolución del yo, del ego, en la ilimitada UNIDAD. Todo concepto de propiedad individual se esfuma, cada parte es un aspecto del todo, y el todo es una esencia que sin cesar crea. Cuando nos sumergimos en la energía creadora universal, y realizamos que somos una ilusión efímera, abrimos nuestro intelecto a la VERDAD. El intelecto se desprende de la ilusión de las palabras captando por fin la absoluta BELLEZA de todo lo que existe, la belleza de sí mismo. Y en este infinito y eterno océano de belleza, nace el agradecimiento por existir, la conciencia trasformada en BONDAD... Es entonces cuando la esencia, la unidad, la verdad y la bondad, se transforman en el AMOR DIVINO.
Alejandro Jodorowsky
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Montaje de Imagen: Manny Jaef
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