Alejandro Jodorowsky: Hay billones, cuatrillones, incontables inteligencias. Los test de evaluación que nos endilgan los universitarios tratando de definirnos con el canon de la inteligencia única, humana, son espejismos científicos. La inteligencia es una facultad que permite adaptarse a las circunstancias para sobrevivir. Se puede decir entonces que todo lo existente posee su forma de inteligencia, desde los minerales, pasando por los vegetales, hasta los animales. En cuanto al ser humano, cuyo ego está formado por cuatro energías, la intelectual (con sus ideas), la emocional (con sus sentimientos), la sexual (con sus deseos) y la corporal (con sus necesidades), se podría decir que posee varias calidades de inteligencia:
1.- Inteligencia pura. El centro intelectual dirige las acciones sin interferencias o aportes de los otros centros, lo que provoca peligrosas reacciones psico-rígidas desconectadas de la realidad. (Fanatismo)
2.- Inteligencia emocional. El centro emocional se mezcla al intelecto conduciéndolo a concesiones que lo desvían de lo útil. (Debilidad).
3.- Inteligencia sexual. Los pensamientos, dominados por el deseo de poder, se tornan competitivos, invasores. (Agresividad).
4.- Inteligencia material. El intelecto, obnubilado por la necesidad de acumular bienes, se entrega a una compra-venta de ideas cuya única finalidad es explotar a sus semejantes (Prostitución).
La única inteligencia válida, sana, útil para el individuo y su sociedad es aquella que reúne las cuatro energías, dándole a cada una de ellas la misma meta. Es decir, las ideas, unidas a los sentimientos, los deseos y las necesidades, nos facultan para elegir las mejores soluciones, aquellas que nos permiten vivir con salud, amor y prosperidad, sin obtener nada para nosotros que no sea también para los otros.
Imagen: Flirt by Ahermin
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