El tiempo en que podemos realizar las cosas es ahora. Ni ayer ni mañana. Aquí está la totalidad de nuestro pasado, aquí estamos nosotros por entero, todo nuestro poder está aquí. La materia es energía, y la energía es amor. Un amor que tiene como finalidad la totalidad de la creación universal. Para despertar este amor en nosotros, debemos eliminar toda veleidad de posesión. Se nos da para que demos. Si entendemos que el instante que vivimos es un estallido de amor, si entregamos nuestros latidos al mundo, si aceptamos la realidad del mismo modo que un feto acepta a su madre, tendremos el poder de tomar cualquier decisión. Si, por ejemplo, decimos con todo nuestro ser «¡Ahora mismo dejo de fumar!», esto se produce. Si cuando tenemos un ataque de rabia nos decimos «¡Basta ya!, ¡esto no soy yo, regreso a mi Yo esencial!», nos calmamos al instante o si decidimos «¡Voy a dar lo mejor de mí mismo al mundo!», podremos comenzar a mejorarlo. Un pez que navega en un río aparentemente no tiene ningún poder, pero pertenece a la poderosa corriente. Su destino es el destino del torrente. Cuando el pez comprende esto, abandona toda oposición y se deja arrastrar hasta el océano. El poder consiste en realizar AHORA lo que se debe realizar.
Continuará...
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Consejos de Alejandro Jodorowsky, en “Cabaret Místico”
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