Lleva tu atención a tu oreja, sentirás
que constantemente está captando.
Lo mismo pasa con los ojos,
la mente y todos tus órganos.
Si sueltas esta manera de captar,
descubrirás que todo tu cuerpo es,
espontáneamente, un órgano de sensibilidad.
El oído es simplemente un canal
para esta sensación global.
No es un fin en sí mismo. Lo que se oye,
también es sentido, visto, olido y tocado.
Tus cinco sentidos, la inteligencia y
la imaginación, se liberan y entran en juego.
Sientes que todo se expande en el espacio
completamente, sin centro ni borde.
El ego, qué es una contracción,
no puede sostenerse en esta presencia, y
la ansiedad, el gusto y el disgusto
se disuelven.
Jean Klein
Imagen: Trazos reiterados a través del poniente rosarino #5 by Marta Tarsia
Fuente: Sincronía
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