jueves, 2 de octubre de 2014

Alejandro Jodorowsky: “Hacen Falta Locos Como Yo”


Nunca me fui. Estos 23 años han sido una tortura. Estaba en mi casa con una gran pantalla donde veía películas con envidia pero también con muchísimas rabia porque solo se hace cine para vender. Así de contundente se muestra Alejandro Jodorowsky, el polifacético artista chileno que a sus 85 años vuelve al cine con 'La danza de la realidad', una autobiografía que ya convirtió en libro en 2001.
El viaje a su infancia se desarrolla en el pueblo de Tocopilla (Chile), donde tullidos dañados por la dinamita minera viven esquinados por la sociedad mientras se emborrachan con alcohol de quemar. Mientras, en una costa envenenada, los peces yacen en la orilla abarrotando la arena. Allí vive el pequeño Alejandro, con una madre que habla cantando ópera y un padre comunista tremendamente estricto con su hijo. Estos ingredientes, junto a la envoltura onírica y mágica de las creaciones de Jodorowsky dan como resultado el séptimo largometraje del creador. En la película no quiero mostrar, pretendo experimentar, hacer un arte terapéutico pero no aburrido, comenta el creador.
Para Jodorowsky el arte no es tal si no cambia al que la percibe, metamorfosis que no encuentra en la industria hollywoodiense, a la que arroja casi todos sus dardos: Lucho contra la industria cinematográfica que solo está para ganar dinero y vender relojes, cigarrillos, alcohol e ideas políticas. Es una infiltración, una colonización. El creador chileno trata de desterrar una y otra vez la idea de que un director de cine quiera lucrarse con sus obras: Yo no quiero venderme, no quiero ser un prostituto, como hace toda la gente que trabaja en la industria, afirma.
El Jodorowsky más espiritual, ese que domina el Tarot y que introduce una reflexión filosófica en casi cada una de sus afirmaciones también aparece en la película, en carne y hueso, abrazando o cogiendo de la mano a su 'yo' niño. Sentir el despegue del pasado, aterrizar en un cuerpo de adulto, soportar el peso de dolorosos años, pero en el corazón conservar al niño, dice el creador en un momento del filme. Su faceta de sanador a través de la psicomagia, la técnica creada por él mismo que aúna elementos como el Tarot, el psicoanálisis o el teatro, abarca su filosofía de vida.

El 'yo' niño de Alejandro Jodorowsky junto a sus padres en 'La danza de la realidad'








Confiesa haber disfrutado de niño con el 'Romance Sonámbulo' de Lorca aunque no sabía ni lo que quería decir, con los cuadros de El Greco, y Goya y con esa Gioconda que no ves sino que te mira y te cambia. El verdadero arte para Jodorowsky está en todo lo que dista del pasatiempo, algo que el creador compara con el tabaco, el cigarrillo es bueno pero te mata, o, sin ir más lejos, con el propio cine contemporáneo: Ahora en la sociedad ya no hay ejemplos. Antes estaba Zeus, Hércules o Aquiles y ahora Spiderman, Iron man, Superman y todas estas imbecilidades norteamericanas".
A pesar de la superficialidad que detesta, Jodorowsky sigue percibiendo belleza y bondad en cada recoveco: Te das cuenta de que la belleza existe, que el pensamiento, el amor, el sexo es bello y que las acciones son bellas pase lo que pase, comenta, Todo lo que digo parece utópico, ¿Y por qué no serlo? Son las utopías las que mueven el mundo. Yo, modesto cineastas, me permito pensar, no como un industrial o comercial, sino como un director de cine. Hacen falta locos como yo.
El poso que el creador cree que ha de residir en cada uno tras sumergirse en las páginas de la novela o en los fotogramas de una película reside en 'La danza de la realidad' en un aprendizaje personal que se eleva a todo el que se sumerja en los recuerdos de Jodorowsky: Me gustaría que después de ver la película empezase a hacer su árbol genealógico, que comience a examinar su memoria, a hacer un perdón interior, a encontrar su valor, que termine de despreciarse, que tenga otro sentido del ser humano, que no busque el poder, que se de cuenta de que el dinero no es Dios, sembrar conciencia, esa es la labor del arte.

El 'yo' niño de Alejandro Jodorowsky junto a varios personajes que le acompañan en 'La danza de la realidad' 








Brontis, Cristóbal y Adán, tres de los hijos de Jodorowsky, actúan en 'La danza de la realidad'. Quiso de este modo huir de muchos de los intérpretes que ahora considera solamente vendedores. El ego de los artistas está putrefacto, afirma, ya pasé por problemas de ego,dirigí a Peter O'TooleCuando se murió grité de alegría porque le odié a morir. Tanto me fastidió en la película que hasta hoy le odio, aunque esté muerto.
El viaje que Jodorowsky emprende en su última película llega a su fin, y con él se alejan los demonios, los malos recuerdos, el pasado más interiorizado durante toda una vida. ¿Cómo no voy a perdonar a mi padre si esta interpretado por mi propio hijo? Se creó una relación entre padre e hijo que es más que diez años de psicoanálisis.
Fuente: El Mundo

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