viernes, 4 de abril de 2014

Psicomagia Aplicada A La Cleptomanía

Cuando la persona que roba, no por necesidad material sino por impulsos irresistibles, se decide a confesar su vicio a un familiar o un terapeuta, ya ha dado el primer paso para su curación. Este problema nace de algún trauma infantil. Un niño que, al ver nacer a un hermanito, manifiesta su disgusto por sentirse desposeído de la atención materna y es castigado duramente por sus celos naturales, puede sentir entonces el deseo de apropiarse de objetos ajenos, motivado por el deseo de robar el cariño a su rival. Aconsejo entonces al/la consultante que:
Ensucie sus manos con barro y pida a sus padres, o en su defecto a dos personas amigas (mujer y hombre), que se las laven jabonándolas repetidas veces, enjuagándolas con agua bendita, para terminar perfumándolas. Luego, el consultante, llevando varias tarjetas escritas en un bolsillo, visitará una gran tienda o cualquier negocio que le atraiga y, habiendo elegido el objeto que desea robar, colocará junto a él, sin que nadie se dé cuenta, una de sus tarjetas. En ellas debe estar impreso:
«Soy_________(nombre en diminutivo, por ejemplo: Pedrito, Conchita), el niño ladrón. Pude haber robado esto, pero no lo hice. He triunfado. Amadme».


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Alejandro Jodorowsky en “Manual de Psicomagia”.

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