“Si quieres que el dinero que ahorras sea tuyo, úsalo”.
— Alejandro Jodorowsky
Desde el punto de vista simbólico, las personas que engordan, en realidad lo que hacen es protegerse de los demás, o de algún tipo de situación o trauma instaurado en su cabeza.
En la obesidad no se acumula masa ósea, ni muscular, ni se agranda ningún órgano, ni se llena ninguna cavidad de aires malignos. Lo único que se acumula bajo la capa de la piel es una cantidad de grasa (energía estancada) que no se va a usar y se retiene una cantidad de líquido (emociones tóxicas) que el organismo no puede eliminar.
Las células del cuerpo de una persona obesa obedecen una orden de acumular grasa, y comos ea, de no soltarla, no “quemarla”. Centrándonos en la grasa, esta podría considerarse como un elemento comodín que el cuerpo, obedeciente como marinero a las órdenes del patrón, el inconsciente, las sitúa estratégicamente con distintas intenciones, tantas como obesos.
Tres ejemplos:
En el abdomen, para defenderse de ser adulto. Tomamos forma de bebé barrigón. Puede que el árbol ataque a los niños cuando “espigan”. En el abdomen también, para simular un embarazo. El árbol te acepta como madre, no como mujer.
En las caderas y muslos para ocultar el talento creativo y libertad de expresión artítica. El árbol asignó a otra persona este territorio, o hay una prohibición total al desarrollo libidinal, en beneficio de otro de los egos, por ejemplo el intelectual o el material.
En todo el cuerpo a consecuencia de un abuso sexual. Puede provocar que asociemos “la belleza” con la “agresión”. Es decir, si soy bella soy blanco de agresiones sexuales, por lo tanto engordo y de ese modo nadie me mira, ni me deseará sexualmente. Es una forma de defensa para estar a salvo.
Desde la perspectiva de Naska Groppaglio, la obesidad, así como la delgadez, las jorobas, etc... se utilizan para integrare en el “clan familiar”. Cuando no hay suficiente espacio en familias con muchos hijos, cuando uno nace no deseado, del sexo opuesto al esperado, es posible que el cerebro más primitivo encuentre estrategias de supervivencia que responden a estos patrones.
También hay personas que establecen su prioridad en el ahorro, en no gastar ni un centavo. Son las personas que no invierte, solo acumulan. La obesidad podría ser un síntoma de esa disposición, del miedo a que falte. Como un seguro a todo riesgo, donde la grasa es el “seguro”.
Detrás de la obesidad también puede haber una madre dominante, posesiva, que ejercía un control estricto sobre su alimentación, sus pensamientos, sus sentimientos y su creatividad. En este sentido, la obesidad representa una oposición inconsciente a la autoridad materna que abusó de nosotros. Un ejemplo puede aclararlo: Una niña empezó a engordar para que su madre la quisiera y se preocupara de ella como de su abuela que había enfermado y ahora estaba en su casa robándole toda la atención.
Alejandro Jodorowsky dice que cuando uno sufre un abuso, eso se sigue repitiendo. Hay que eliminar de la mete el símbolo del abuso y romper la fijación con un acto psicomágico. En este caso le recetó que comprara tantos kilos de huesos para perros como los que ella tenía en estos momentos de sobrepeso. Llevar toda esa carga en una carretilla hasta el cementerio donde estaba enterrada su abuela y decirle: “abuelita, estos kilos son tuyos, no son míos, me libero de esta carga”. También debería llevar miel para endulzar y que no fuera un acto hostil.
De qué depende nuestra cuenta bancaria?
Es posible que todavía no lo hayas descubierto, pero todo está en función de lo que sucedió en la familia, de su historia. El árbol genealógico forma nuestra concepción del dinero y del territorio. Desde la infancia, la familia inyecta en nuestras mentes sus deseos en forma de temores. Por tanto pregúntate sobre esos temores y tal vez puedas responderte la pregunta.
Nuestra sociedad tiene una actitud extraña respecto al dinero: lo quiere y lo odia a la vez.
El dinero en nuestra sociedad tiene mucho que ver con el pecado. El dinero es un poco como un espejo, como el cuerpo que lo carga todo. Le han lanzado todo tipo de proyecciones negativas y está todo sucio. Cuando considero que el dinero es algo sucio, entonces me prohíbo ganarlo.
Cuantas veces hemos escuchado “¡qué asco de dinero!”, incluso una coplilla suena “... el dinero, el que inventó los dineros castigo se ha merecío...”. Algunas familias transmiten generación tras generación la creencia de que es incompatible ser rico, con triunfar en otras facetas de la vida, como el amor.
Hay quien dice que el dinero da la felicidad.
La felicidad no es dinero, no es un objeto. Es un don que se da al otro.
Lo importante es sentirse con el derecho a la prosperidad, no poner límites a lo que se puede poseer o no. El límite de lo que poseo es un límite mental, igual que las fronteras entre los países, cuando sé que todo lo que hay en el Universo es de todos por igual.
¿Qué hay de malo tener dinero en el banco por si vienen las vacas flacas?
¡Va contra nuestra prosperidad acumular! Es preciso dejar un espacio, un vacío, para que cosas nuevas lleguen a nuestra vida. Deshacernos de todo lo inútil que arrastramos, limpiemos los cajones, los armarios, el cuarto de trabajos, el garaje... Demos lo que ya no usamos.
Hay un buen ejemplo en el funcionamiento de tu corazón. Bombea sangre sin parar durante toda tu vida y nunca guarda nada... vacía para poder llenarse nuevamente.
Pero lo que escuché decir a mis padres es: “no tires nada, que más tarde puedes necesitarlo”.
La actitud de guardar un montón de cosas inútiles nos encadena. No son los objetos guardados los que estancan nuestra vida sino el significado de la actitud de guardar. Cuando se guarda, se considera la posibilidad de falta, de carencia, se cree que mañana podrá faltar, y que no tendrás manera de cubrir esas necesidades. Con esa idea, le estás enviando dos mensajes a tu cerebro y a tu vida: que no confías en el mañana y que piensas que lo nuevo y lo mejor no son para ti.
¿Cuál es el aspecto positivo del dinero?
Para tener dinero hay que aprender a amar el dinero, sabiendo que es una energía que puede ser mal o bien empleada. El Diablo es el símbolo del dinero mal utilizado y Dios simboliza el buen uso del mismo. Comienza por ponerle un precio a tu hora de trabajo, es decir de vida.
De lo que dice, deduzco que tenemos que ganarnos la vida.
La vida no se gana, se vive. Decidirnos a dejar la infancia que es un continuo pedir y convertirnos en adultos que es un continuo sembrar.
¿El dinero puede identificar nuestro nivel de consciencia?
Sí. Hasta que no ganamos dinero usando nuestro talento creativo no podemos considerarnos adultos. En general, vivimos en una sociedad infantilizada y como niños sólo sabemos pedir (pedimos al Estado-papa que solucione todas nuestras preocupaciones).
Pero no me negará que vivimos en una sociedad basada en el consumo.
Consumimos porque creemos que hay un vacío en nuestro interior y lo llenamos comprando compulsivamente. Incluso llegamos al coleccionismo cuando las cosas se salen del tiesto.
¿Todo el dinero tiene el mismo valor?
Te contaré lo que dice Alejandro Jodorowsky: “el dinero tiene un valor económico y otro emocional”. No vale igual el dinero de una herencia que el dinero del emigrante. No es lo mismo el dinero del nuevo rico, que el del avaro. Hay mucho dinero distinto: el dinero aristócrata, el culpable dinero católico, el orgulloso dinero protestante o el dinero incestuoso.
Temo quedarme en la miseria, ¿qué puedo hacer desde la perspectiva de la psicogenealogía y la psicomagia?
Un ejemplo de la psicomagia consiste en que si temes quedarte en la miseria, te envían a mendigar a una ciudad para que vivas tu miedo y así lo superes. Viajas a una ciudad que esté a unos 200 Km. de la tuya en autobús, pero sin dinero para volver... con lo que vas a tener que mendigar para recaudar el suficiente dinero y así poder pagar el billete de vuelta. (Un acto que nos obliga a enfrentarnos a lo que más terror nos provoca).
Podría darme un último consejo respecto al dinero.
Dice un proverbio chino: El ayer es dinero gastado. El mañana es dinero por venir. Usa, pues, el día de hoy, que es dinero en efectivo.
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Ilustración: Money Rules Man by Ben Heine
Intervención de Imagen: Manny Jaef
@alejodorowsky en Twitter
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