“Cuando me pongo a hacer arte, comienzo por la violencia. ¿Por qué? Porque este mundo es violento, y porque uno llega a la paz pasando por la violencia. En mi película El Topo, lo mismo que en los happenings, sacrifiqué muchos animales, porque me empeñaba en que la muerte estuviera siempre presente, como motor de iluminación. Como no podía sacrificar a un ser humano, quise que se sacrificaran animales, como en el Antiguo Testamento. Esos animales, en mi ánimo, formaban parte de un ritual. Hoy, ya no lo haría, pero entonces buscaba cosas y eso me parecía justificado”.
“...tenía que pasar por la violencia y el crimen. Como Breton, creo que 'la belleza será convulsiva o no será". El gran error de ciertos grupos espirituales que intentan producir arte, consiste en hacer de él una cosita blandengue, algo tonta... demasiado folklórica. Todas esas cursilerías no tienen nada que ver con el arte auténtico (...) No veo por qué, en nombre de la paz espiritual, habría que producir un arte castrado. Hay que integrar a las fuerzas violentas de la naturaleza y canalizarlas”.
Alejandro Jodorowsky, en la Trampa Sagrada
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