Entramos en los 13 días del amor incondicional, uno de los propósitos más elevados a los que podemos aspirar. Abrir nuestro corazón, nos abre la puerta al amor, a poder vivir la vida con el máximo significado posible, porque cuando nos amamos, podemos tener una vida plena, llena de paz y alegría, porque conseguimos vibrar con la energía más espiritual y elevada de todas, el amor incondicional.
Uno de los requisitos para poder acceder a este amor propio, es decir amarse a uno mismo, es el respeto que nos damos a nosotros mismos. Porque respetar lo que uno es, es el principio de todo, eso quiere decir, que nos comprendemos, que sabemos perdonar nuestras propias faltas, que no nos auto-castigamos por los errores que hemos cometido, que somos fieles a nuestra esencia, que conseguimos amarnos a pesar de la circunstancias, a pesar de nuestras experiencias de vida por duras que hayan podido ser.
Para abrir nuestro corazón, debemos atraer el perdón hacia nuestro interior, debemos unificarnos con el amor que pulsa del corazón, siendo capaces de sonreír, de emanar amor, de poder vibrar desde la inocencia y espontaneidad de nuestro niño interior, que sólo sabe dar amor, sin pensar en si se lo retornarán, sin esperar nada a cambio, da amor porque él es amor.
Accede a tu consciencia, ilumina tu razón con la energía del amor, deslumbra a tu ser con todo el amor que seas capaz de darte. Es en ese preciso instante cuando unificas a tu ser en la vibración del amor incondicional, es cuando todas las puertas se abren, es cuando fluimos libremente, es cuando a través del amor somos capaces de purificar nuestros estados emocionales, es cuando la energía femenina hace acto de presencia, es cuando nuestras aguas se convierten en un remanso de paz fruto de lo que refleja nuestro corazón.
La fidelidad que nos demostramos es el reflejo directo del respeto que nos tenemos a nosotros mismos, de nuestra propia capacidad de amar, no vendas tu corazón a costa de tu lealtad, eso no es amor, eso es necesidad y carencia, una carencia que proviene de las profundidades de tu Ser, y ese vacío por mucho que alguien te ame va a ser incapaz de llenarlo. La responsabilidad de amarte sólo recae en tu corazón, en tu consciencia y eso nunca te va a venir del exterior, por mucho que no quieras aceptarlo.
Empieza la aventura más grande de tu vida, enamórate de ti mismo, sí, sí de TI mismo, este es el acto de amor más elevado que podemos hacer en esta vida, porque lo que no sepas convertir en amor, ser convertirá en miedo que oscurecerá tu corazón. Conócete, perdónate, respétate, se fiel a lo que eres, acéptalo y ámate por encima de todo, sé una luz para ti mismo.
Enamórate de ti mismo, yo soy otro tú.
Fuente: Espejo Magnético
Ilustración: Sara Fratini
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