La naturaleza animal del hombre es también “inseminadrora”: hay millones de espermatozoides en sus testículos, que cada día quieren fecundar a óvulos: es todo el día a toda hora; no como las mujeres que, en general, ovulan cada 28 días; claro que eso no impide que quieran tener relaciones muy seguido; sin embargo “generalmente” no a cada minuto o segundo (jjjj) como tantos hombres. Entonces, a la mayoría de los hombres les cuesta mucho ser fieles, (a muchas mujeres también, pero a ese nivel, por otras razones) tienen el deseo de tener relaciones con múltiples mujeres todo el tiempo. Y tenerlas los “masculiniza”... Y no es: “machismo”, ya que uno de los impulsos fundamentales de su cerebro reptil es “reproducirse”... y tener sexo, los hace sentirse vivos: sienten que se reproducen (a nivel primario): se inmortalizan: vida... Sin embargo, cuando se comprometen con una pareja a ser “exclusivos” (también matrimonio), tienen que sacrificar ese impulso natural y, su solución es canalizarlo en el trabajo: en su misión-pasión: salir, ejercer su pasión a la vida, a la muerte (cazar), a darse por completo a su obra... etc.. Eso los “revitaliza”, puesto que la otra función fundamental de su cerebro reptil es: “sobrevivir” y su trabajo-misión (cazar), les permite satisfacer ampliamente ese impulso que canaliza al otro (sin por supuesto olvidar a la pareja)...
Pero si la pareja no es consciente que “él” necesita canalizar “esa” energía en algo que también lo “masculinice” y, no acepta que tome libertad y vaya: se entregue a su trabajo y misión a la vida, a la muerte y, lo chantajea (y eso puede sin realmente darse cuenta y de forma inconsciente) exigiéndole que sea todo para ella; en ese momento, simbólicamente lo castra; y eso lo puede llevar a una depresión masculina, quizás también a caer en el alcohol, la droga, masturbación compulsiva, comida... etc.). Entonces, cuando un hombre y una mujer se comprometen a la exclusividad, “él” podía sacrificar su impulsividad sexual; y “ella” su deseo de posesión total: su miedo a ser desprotegida, (como si estuviera encinta todo el tiempo) e impulsar a su hombre a triunfar (vencer a la bestia) en su Misión-pasión-vocación (trabajo)... Eso (entre otras cosas) permite que la pareja arda más largo tiempo con el fuego de la pasión y satisfacción mutua... momento... Es Importante comprender que lo que “masculiniza” a un hombre a nivel de cerebro reptil no es exactamente lo que “feminiza” a una mujer, aunque los dos cerebros a ese nivel, se ocupen fundamentalmente de sobre-vivencia y procreación... Lo que gatilla la atracción sexual (que sucede en el reptil) en un hombre, no es lo mismo que, lo que la gatilla en una mujer; y viceversa ...etc.... Digo yo, pensando, pensando, pensando... Sabiendo que en este tema hay tanto, tanto que desarrollar...
Cristóbal Jodorowsky en Facebook
Ilustración: Apollonia Saintclair
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