«Estos juegos aluden al poder musical para curar enfermedades, invocar las fuerzas de la naturaleza, despertar el amor o el deseo, armonizar las sociedades, etc... Para lograrlo hay que despertar en el hombre la musicalidad interior perdida y restituir su vitalidad animal» Rolando Toro.
«Estos juegos no son propiamente danzas, ni teatro, ni pantomima en el sentido tradicional. Se trata de formas libres de expresión corporal con música y sonidos dentro de pautas coreográficas permitiendo gran creatividad, sinceridad y fuerza vital de los bailarines» Rolando Toro.
Rolando Toro fue íntimo amigo de Albert Hoffman, creador del ácido lisérgico. Éste le entregó una cierta cantidad de dosis para investigación científica. A fines de la década del 60, y en su casa de la Av. Los Olmos (Ñuñoa / Santiago) se dio cita gran parte de la escena cultural de Santiago: entre ellos Alejandro Jodorowsky, músicos de Jazz, actores conocidos de vanguardia, psicólogos y otros intelectuales interesados en la experimentación con alucinógenos, en la cual y desde la cual se realizaban y emprendían distintas actividades culturales y artísticas completamente originales, novedosas e innovadoras, trasgresoras muchas veces con lo conocido hasta entonces.
Alejandro Jodorowsky: En Chile, entre mis 19 y 23 años fui muy amigo de Rolando Toro. Él era un poeta puro, pleno de bondad. Lo recuerdo con profundo cariño.
Fuente: biodanzahoy.com
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