Alejandro Jodorowsky se embarcó en la difícil tarea de adaptar al cine la larga saga del escritor estadounidense, Frank Herbert: Dune. Y así como el Napoleón de Stanley Kubrick, o el Quijote de Orson Welles, el proyecto de Jodorowsky entró al panteón de las obras maestras perdidas. Por algo, este fracaso dio origen al documental Dune de Jodorowsky dirigido por Frank Pavich.
El reparto de Dune, reunido por el propio Alejandro Jodorowsky, incluía a Orson Welles como el Barón Harkonnen, Alain Delon como Duncan Idaho y al mismísimo Salvador Dalí como el Emperador del Universo. Pink Floyd y su símil parisino, Magma, se alistaron para escribir las partituras de la música que caracterizaría a los distintos planetas. Sobresaliente, además, que Jodorowsky reuniera a un equipo de diseñadores sin igual en términos de su influencia futura: Dan O’Bannon, HR Giger y el más importante, Jean Giraud, más conocido como Moebius.
Sin embargo, “después de dos años de trabajo intenso en París”, detalla el cineasta de El topo en su libro El viaje espiritual de Alejandro Jodorowsky (2008), “cuando Dune parecía estar a punto de ser terminada, el productor abruptamente canceló el proyecto”.
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