Para Alejandro Jodorowsky, El Mago de Oz es una película iniciática, que tiene mucho que ver con el Tarot. En el ser humano conviven varias energías, el intelecto, la emoción y lo sexual creativo, representado en el film por tres personajes: el intelecto es el Espantapájaros, que tiene problemas porque se siente tonto. La emoción está representada por Hombre de Acero, que se oxida, está hueco y no tiene corazón. Lo sexual creativo por el León, que es cobarde, no tiene valor.
Luego aparece Dorothy con su perro Toto, que es la figura de El Loco en el tarot; un ser creativo y despreocupado que se busca a sí mismo. La niña va con sus tres energías por un camino amarillo, que es el camino de la luz, buscando el castillo del Mago de Oz. Finalmente, los tres personajes salvan a Dorothy de las acechanzas de una bruja malvada y de esta manera rescatan también las virtudes que habían perdido como energías: intelecto, sentimiento y valor.
Eugenia Klein
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