Durante un parto traumático, el organismo del feto es expuesto a un gran peligro. Cada parcela del esfuerzo del futuro bebé está consagrada a su lucha por sobrevivir. La huella, altamente cargada de esta lucha es literalmente una tempestad eléctrica que queda grabada en el organismo toda la vida como una tensión residual... Esta huella dejada por el nacimiento es más importante en tanto que está injertada profundamente y de manera central en el cerebro y el sistema nervioso y se encuentra, muy pronto, encerrada como por una barrera por el córtex en desarrollo y la experiencia ulterior.
Arthur Janov
Texto citado por Alejandro Jodorowsky en “Cabaret Místico”
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