jueves, 31 de julio de 2014

Sacándose Una Maldición: Psicomagia Para Renato

FRANCESCO CONSULTA:
Estimado Alejandro:
Soy un joven de 25 años. Le he escuchado en Nápoles y leí con ardor “La Danza de la realidad”. Hace 6 años, cuando pasaba por un periodo difícil y trastornado, se me acercó una gitana, que me predijo que en 11 años me moriría. Desde entonces, mi vida se ha vuelto una pesadilla, estoy obsesionado con mi salud, me siento cada día peor y la vida me parece ser un descenso inexorable hacia la muerte. ¿Qué puedo hacer para neutralizar esa predicción? Gracias.

ALEJANDRO JODOROWSKY RESPONDE:
Querido Amigo;
Hagamos cálculos: La predicción te la hizo la gitana cuando tenías 19 años. Ahora tienes 25. Según ella, morirás en 5 años más, al cumplir 30... ¡Qué mujer sádica, qué estúpida tan llena de odio! Ese tipo de charlatanes sabe muy bien que el cerebro tiene una tendencia a realizar las predicciones. Cuando te vaticinan algo negativo, establecen un poder sobre ti. La gitana no te vio el futuro, te hechó una maldición. Según las leyes de la brujería, tú te liberas si a esa gitana la obligas a mirarse en él y aceptar como regalo un espejo de bolsillo donde tú te hayas mirado durante una hora la noche anterior… Pero es muy difícil que la encuentres… Lo que tienes que hacer entonces es este acto de psicomagia: La única manera de liberarse de un predicción es realizarla... Fabrícate una carta de identidad o un pasaporte donde te coloques más años de edad. Así, metafóricamente, serás un hombre de 30 años. En la noche, maquíllate muy pálido, acuéstate desnudo con las manos cruzadas en el pecho, pon cuatro cirios encendidos alrededor de tu cama, dos a los pies y dos a la cabecera, e imita que estás muerto. Así te quedas inmóvil hasta que te duermas. Cuando despiertes, ve a enterrar las cuatro velas, planta sobre ellas una mata florida. Y luego envía una circular a todos tus conocidos diciéndoles que ya no te llamas Francisco sino Renato. Has realizado la predicción: Francesco a muerto a los 30 años. Tu has renacido.

Imagen: Sam Phillips


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