La mutación llega a su término. El pensamiento ya no es prisionero de sí mismo. Es la aparición de la afectividad en la vida mental, la aceptación de un punto de vista distinto del suyo. Pensamiento andrógino, a la vez masculino y femenino. Es la mayor madurez intelectual, la que alcanza la armonía con el corazón. Se ha adquirido una visión total de la realidad, un pensamiento enteramente amante. Las connotaciones negativas podrían ser el rechazo del otro, un bloqueo emocional que produce un conflicto intelectual, el miedo a ser herido, la disputa, la ingratitud.
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Imagen: Manny Godar
@alejodorowsky en Twitter
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