Verónica Power, transformista orquesta del Circo Show Famass dice que cuando se enteró de que un tal Alejandro Jodorowsky pedía hablar con el administrador de la carpa para incluir a los artistas en su última película “La danza de la realidad”, se tomó su tiempo para pensarlo.
Tiempo atrás ya habían contactado al elenco del espectáculo para participar en otra película chilena y no quedaron contentas con el resultado. “Antes nos invitaron a actuar en la película El Pejesapo, pero nos quedaron debiendo plata y al final ni siquiera nos invitaron a verla. La buscamos nosotras y pagamos nuestra entrada al cine y todo”, dice Verónica mientras hace la prueba de sonido y apura a algunas de sus chicas para el show en Cerro Navia.
Esa vez tenían la carpa montada en un sitio eriazo de la Costanera, cerca de Carrascal cuando el propio autor de “Santa Sangre” detuvo la comitiva que lo fue a buscar al aeropuerto y exclamó: “¡Esto es lo que andaba buscando!, ¡Este es el circo que yo necesito para mi película!”. Luego de llamar a gritos para que alguien lo atendiera, la figura fibrosa y desafiante de Sasha Estuart Esmit salió desde su tráiler para recibir al desconocido.
“El ya tenía la película lista en su mente y en ella veía un circo de transformistas. Por eso cuando pasó por acá y nos vio se dio cuenta de que era lo que necesitaba. Pero él solo quería la carpa. Dijo que tendría que buscar 7 transformistas, pero cuando vio a la Sasha el hombre se dijo “cuésteme lo que me cuésteme, me tengo que llevar a estas chicas a Tocopilla que es donde se filmaba la película”, recuerda.
En julio del 2012 partieron con maletas, pestañas y carpas a Tocopilla. Durante una semana accedieron a todo lo que el director les solicitó, sin importar las horas bajo el sol, los retoques de maquillaje o repetir escenas desde la mañana hasta la tarde.
“Era muy impresionaste cómo se cerraban calles enteras para grabar, con carabineros y todo el tema. A mí me daba vergüenza porque Tocopilla igual no es tan chico, y la gente se reúne en masa cuando pasa algo. Yo tenía que estar desde temprano en la mañana y hasta las 7 de la tarde vestida de mina y me daba lata, porque siempre lo hago en el circo, de noche y durante un rato”, dice Verónica.
COMO EN HOLLYWOOD
En el pueblo natal de Jodorowsky transcurre esta obra personal en la que el imaginario delirante del psicomago hace un extenso raconto sobre su infancia y trasviste a su entorno de magia, fantasía, sexo y crudeza para exponer cómo el Gobierno de Carlos Ibáñez del Campo intentó deshacerse de homosexuales y comunistas con la efectividad militar de siempre.
Por el seco páramo del norte, reconstruido a la medida de los recuerdos de Jodorowsky itinera la colorida carpa del Show Famass como escenario de juerga del padre del protagonista y como tapadera de la resistencia donde se fragua un magnicidio.
“A las chiquillas y a mí y nos dcomunista y homosexualieron un papel bien importante en la historia. Era terrible representar parte de los años de Ibáñez que mandaba a matar a los homosexuales. Sin embargo el director nos llevó a Tocopilla todo pagado, avión, estadía, no gastamos ni un peso y nos trataron excelente", agrega el empresario circense. “En persona se nota que es un gran ser humano, una eminencia, una persona muy cercana y cálida”, agrega.
COMO CAÍDO DEL CIELO
Para el director de la segunda unidad de la película, Cristóbal Valderrama, el trabajo de estos artistas circenses fue toda una lección para él. “Fue algo espléndido. Se portaron un 7 porque se nota que están acostumbrados al rigor. Además Jodorowsky se encargo personalmente de que se sintieran como estrellas. Por ejemplo cuando vio que eran ellos mismos quienes armaban la carpa del circo, él los detuvo y le pidió a otros técnicos que lo hicieran: Ustedes son artistas'”, les dijo.
“Los transformistas siempre tuvieron una excelente disposición, eran personas humildes y lo que a mí más me gustó es que no tenían idea de quién era Alejandro Jodorowsky, dice el también director de “Malta con Huevo”.
Al respecto recuerda que a diferencia de varios actores profesionales, el equipo del Circo Famas trataba de igual manera al psicomago, sus técnicos y el resto del elenco, mientras los otros actores idolatraban al director y se rendían a sus pies de manera evidente, dice Valderrama.
Algunos de ellos no cobraron un peso con tal de lograr poner el nombre del artista en sus curriculums, pero la pequeña troupe de transformistas dice haber recibido una buena boleta, estadía y pasajes gratis. Pero por sobre todo, un trato de estrellas que los fascinó. Como pago por la experiencia, las chicas del Famass regalaron a Tocopilla y el equipo de filmación un show especial.
“Nos invitaron para que volviéramos, nos fue súper bien. Nos decían que hacía muchos años tras había ido el Circo Timoteo y que por lo general cuando llega un circo, la distancia hace que sea un espectáculo caro”, recuerda Verónica Power.
-¿Verónica, dos años después cómo valoras con tu gente esta oportunidad?
-Puta, genial, po. Sé que la película pasó por los festivales más importantes del mundo así que les digo a las chiquillas, “Ya! Ahora a la fama, cabras. Estamos a otro nivel. Yo creo que fue algo caído del cielo. Bien personalmente pienso que como nosotros nos portamos súper bien, Dios tiene harto que ver en que nos hayan regalado esta experiencia.
Es como un premio al rigor, al no hacer las cosas al lote y no pelearse con nadie. Uno siempre ve rivalidad entre las carpas show, pero al final es algo que todos hacemos y no debería ser así. Ahora que contamos con la protección de la Ley Zamudio, con mayor razón deberíamos apoyarnos mutuamente”.
Por Carlos Salazar: La Nación
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