miércoles, 5 de agosto de 2015

Nos Convertimos En Nuestro Propio Verdugo


Un borracho entra en su casa completamente manchado de lápiz de labios y hecho un desastre.
Su mujer le pregunta:
-¿Qué te ha pasado?
y el borracho le responde:
-¡No me vas a creer, me peleé con un payaso!

Temiendo un drama conyugal, el mentiroso utiliza dos técnicas: omitir (que estuvo en un bar) y falsear (que no estuvo con una mujer sino con un payaso). ¿Cuántas veces nuestra memoria, para ocultar un abuso infantil, omite revivir el trauma? ¿Cuántas veces nos hemos dicho que aquel pariente que nos dañó nos amaba? En el caso del abuso, se nos hace vivir algo que no corresponde a nuestra edad o bien no nos dejan vivir algo que sí nos corresponde, y el trauma se amalgama a nuestra identidad haciéndonos creer que el sufrimiento que nos causa forma parte de lo que somos, obligándonos por tanto a aferramos a él, a buscar siempre eliminar sus dolorosos síntomas sin que nunca lo afrontemos. Terminamos siendo cómplices del abuso: lo que nos hicieron en la infancia seguimos haciéndonoslo nosotros mismos. Nos convertimos en nuestro propio verdugo. Si antes nos privaron de algo, ahora nosotros nos privaremos de lo mismo. Si ayer se abusó de nosotros, hoy nos relacionaremos con personas que abusan. Así, un niño, que para vivir necesita ser amado por sus padres, si éstos por cualquier razón no lo aman, no lo atienden, lo abandonan o se divorcian, acabará diciéndose que «Fue por mi culpa, no merezco ser amado, resulto tan desagradable que me pusieron en otras manos, fui incapaz de mantenerlos unidos...», pero nunca aceptará que fue porque no lo quisieron: llegar a esta conclusión le provocaría enfermedades, locura o incluso la muerte... Este sentimiento de culpabilidad, de forma abierta o solapada, le produce una profunda desvalorización de sí mismo. Despreciándose, crea personalidades imaginarias, miente. Aunque experimente un insano placer cada vez que es creído, en lo más profundo de su ser sufre por no ser lo que inventa.

Alejandro Jodorowsky
Imagen: The Clown by POPKULTURA Kazakhstan

No hay comentarios:

Publicar un comentario