martes, 4 de agosto de 2015

Preferimos Una Mentira Agradable A Una Dolorosa Verdad


Pregunta Pedrito:
-¿Mamá, los peces crecen?
-Claro que sí, hijo mío. Por ejemplo, fíjate en la trucha que pescó tu padre el domingo: cada vez que habla de ella, aumenta medio kilo.

La mentira es progresiva, nos encadena a su falsa realidad. Estamos ante un dilema: o confesar la verdad o seguir mintiendo para justificar las primeras mentiras.
Un mundo que, como un globo muy inflado, terminará explotando. Es posible también que, conscientes de no amarnos a nosotros mismos, o nuestro trabajo o a la familia, recurramos a una droga para acallar nuestra conciencia y sentimos mejor.

Un sargento arresta a un soldado que llega al cuartel completamente borracho.
-Imbécil, si no bebieras, podrías llegar a ser sargento.
-No me preocupa -dice el ebrio-. Cuando bebo soy coronel.

Preferimos una mentira agradable a una dolorosa verdad. El cerebro suele funcionar eligiendo entre dos males siempre el menor. A veces, desarrollar una enfermedad mortal nos es menos doloroso que aceptar que no somos amados.

Alejandro Jodorowsky
Ilustración: Great Trout

No hay comentarios:

Publicar un comentario