El Dr. Naranjo echa el resto en este libro que él define como su “testamento político social”. Aunque en el libro “El eneagrama de la sociedad; males del mundo, males del alma”, ya anticipaba muchos de los “pecados” de esta sociedad miedosa, consumista y olvidada de sí, no es hasta la publicación de sus libros “La mente patriarcal” y “Sanar la civilización” que define los males de la civilización actual que ya anticipó en su libro “La agonía del patriarcado”, a comienzos de los 90´s. Otro libro que supuso un hito en el camino de la consciencia fue “Cambiar la Educación para cambiar el mundo”.
El libro "La revolución que esperábamos" resulta inspirador y comprometido. Llama la atención la abundancia de descripciones y distinciones, y la forma como el Dr. Naranjo las recontextualiza a la luz de los tiempos actuales. Mencionaré algunas distinciones que me han resonado especialmente e invito al lector a que haga lo mismo, que se compre el libro y lo descubra, hay muchas sorpresas que se van revelando de a poquitos, como los gatos. El Dr. Naranjo habla extensamente en este libro de la libertad, la educación, el eneagrama, la meditación, el programa SAT, la humanización de la empresa y la consciencia global emergente, entre otros temas.
El Pecado es una desviación de la energía psíquica ligada a un error de perspectiva aunque tras el mal uso de esta palabra tras siglos de autoritarismo eclesiástico parece más útil el uso de la palabra “perturbación emocional”. ..., “mientras que en el cristianismo todavía no aparecía la idea de pecado, la cultura clásica ya los conocía; parece que existía un esoterismo helenístico, cuyas raíces tenían orígenes babilónicos, al menos eso es lo que me decía la persona que me enseñó: Oscar Ichazo”.
“Los pecados nos alejan de lo divino, son como falsos objetivos, cuando el objetivo debería ser la estrella Polar, en vez de navegar guiándonos por ella, nos desviamos de curso… El afán de dinero es algo así como una drogadicción, algo que te pesa demasiado, cuando debías tener tu atención puesta en el fin supremo de la vida, y el fin supremo de la vida es una búsqueda más profunda que las satisfacciones utilitarias”.
Ego. “Se dice que una persona actúa desde su ego, cuando está actuando desde una zona relativamente automática de su psique, caracterizada no solo por una limitación de la consciencia sino por el narcisismo, el egocentrismo y la prominencia de las necesidades neuróticas”.
Metanoia: más allá del concepto cristiano de adopción de un cierto credo, es “la expresión de una transformación; una especia de metamorfosis que es parte del destino humano”.
Como contrapeso a un excesivo énfasis en las competencias que nos encontramos en la sociedad actual, ya desde una edad temprana en el colegio, él incide en desarrollar lo que llama “competencias existenciales”, como “antídotos a nuestros males”, para poder alcanzar la revolución que esperábamos”. Estas competencias son la sabiduría, el Concepto de vivir el aquí y el ahora, el autoconocimiento y el amor.
La Sabiduría que se opone a nuestra ceguera es, según los antiguos, “la capacidad de ver las cosas como son”. La ignorancia es la principal raíz del mal y del sufrimiento; esta es una vieja teoría ya defendida por Buda, Sócrates y San Agustín, entre otros.
“Estamos en un mundo poco sabio, estamos en un mundo de saber pero no de sabiduría y el mundo del saber no reconoce este fenómeno de la ignorancia, que no tiene nada que ver con la falta de instrucción”.
“La sabiduría se construye a través del autoconocimiento y el desapego”.
La quietud o paz interior es el antídoto a nuestra mente excesivamente inquieta y nos permite vivir el momento.
“Apolo no solo simboliza el conocimiento de sí (que pone el alma en armonía) sino la distancia neutra que hace posible la claridad del autoconocimiento”.
En relación al amor, “nuestra obsesión por el amor, nos impide ser más amorosos”. Así Claudio propone el amor empático o solidario como respuesta a nuestro sufrimiento crónico por el desamor. El otro tipo de amor es la devoción: “la raíz de la división es el amor apreciativo, un amor que mira a lo alto y que se puede educar independientemente de creencias”. Finalmente, la entrega a la corriente de la vida que también supone una entrega a nuestra sana instintividad: esta instintividad es lo que Claudio llama el espíritu dionisíaco entendido este como “una Fe en la naturaleza”. De aquí viene el recuperar el placer ya que “la civilización que hemos creado es antierótica, represiva; la civilización nos educa para no confiar en el placer, así como para poner la razón por sobre todas las cosas”…. “En nuestra cultura hemos vivido una hegemonía del control y debemos recuperar la espontaneidad”.
La Fe es intuición, es “un saber diferente del saber racional, una forma de comprensión de aquello que hoy, desde el punto de vista cientificista, sentimos como inválido”.
La Civilización no es más que el “establecimiento de una cultura represiva”, que ya viene de lejos, desde el establecimiento de la sociedad patriarcal, intrínsecamente represiva. Lo que está pasando por tanto no son complicaciones de la civilización sino mas bien la “manifestación de contradicciones antiguas que ya no resultan sostenibles”... “Los romanos identificaban a la “Gran Bestia” con Roma, tal como los judíos habían percibido la maldad aplastante de las grandes civilizaciones a las que habían sobrevivido, primero Egipto y luego Babilonia”.
En relación al despertar de la consciencia y las drogas, Claudio justifica el actual encarnizamiento en relación a la actual guerra contra las drogas, “solo por el hecho de que algunos han comprendido que el despertar de la consciencia tiene implicaciones políticas, al hacer que la gente no sea ya un rebaño manipulable por la escuela o la televisión y la conformidad”.
El humanismo, no ha cumplido con el propósito original de que fuese un transmisor de humanidad; la cultura ya no parece haberse convertido en el cultivo de la mente sino más bien en “un barniz con el cual se brilla”… “La humanidad entera ha llegado a vivir vidas sin sentido; y que si esto no lleva a suicidios masivos es porque gran parte de la humanidad ha perdido la consciencia de su inconsciencia”.
La economía. “los economistas no supieron predecir esta crisis que ellos mismos causaron con una ciencia económica que en realidad no es tan científica, sino que es más bien una justificación de las prácticas económicas habituales… ¿Se puede considerar científica a una visión que concibe un sistema cerrado tan arbitrario allí donde la realidad es un sistema abierto, considerando las ventas y compras de trabajo y de bienes como si existiesen en un mundo separado de los humanos y de la naturaleza, ignorando cosas tan obvias como la imposibilidad de un crecimiento industrial indefinido en el seno de un medio ambiente finito?
En el mundo siempre ha habido mandones y mandados, opresores y oprimidos, pero ahora estamos en una rara sociedad donde solo hay oprimidos, no hay opresores, lo que nos oprime ahora son las leyes del mercado.
“No olvidemos que etimológicamente, “economía” deriva de oikos, “hogar” y que la implícita metáfora que asimila la economía de una nación a la de una familia da por descontado que, tanto en la una como en la otra, la administración de bienes se ceñirá a las necesidades de las personas y a consideraciones de justicia. Basta hacerlo presente para poner en evidencia cómo la expresión economía política es en nuestro tiempo un eufemismo. Y así como la economía ha dominado sobre la política, ha dominado sobre prácticamente todo lo demás –asfixiando la vida y sus intrínsecos valores, el orden social y nuestras instituciones”.
En referencia a un posible gobierno futuro, menciona al que fuera su mentor y amigo, Tótila Albert, “es verdad que como pensaba Tótila, se necesitan los tres principios –paterno, materno y filial– que se corresponden con nuestros tres cerebros, me parece que la alternativa política al orden patriarcal fuese un equilibrio entre el autogobierno de las personas, el sentido de la comunidad y el gobierno central”.
Y bueno, algunas frases para facebook y similar:
“La paz del mundo requiere de la paz interior”.
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“Las grandes burocracias empiezan a servir a algo, pero terminan por servirse a sí mismas”.
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“Los estudios de leyes tienen menos que ver con el espíritu de justicia que con la protección de la propiedad”.
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“No vivimos La Vida, ni podemos decir que estamos en armonía con la vida. El proceso de domesticación, de educación y de crianza nos ha enajenado y ya en el parto tecnológico nos ha quitado el contacto con la fe en la naturaleza que debería inspirarnos”.
Este último libro de Claudio Naranjo no deja indiferente a nadie; representa la guía y el testamento político-social de un hombre sabio. Es un mapa para alcanzar más consciencia individual, alcanzar una masa crítica y permitir que las cosas cambien en el nivel de la consciencia global. Especialmente útil para personas con inquietudes sobre el estado actual del mundo.
Ediciones la Llave
Fuente: Sat Organización
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