1) No tenemos uno sino muchos egos, que tratan de apoderarse de nuestra voluntad. El ego cobarde, el moral, el vanidoso, el enojón, etc.
2) Cambiamos a menudo de personalidad. Vamos de un lado a otro según el ego que nos domine. Nuestras acciones son contradictorias.
3) Con una fuerte voluntad aglutinamos todos los egos en uno solo, el Yo unitario con una sola meta: desarrollar nuestra conciencia.
4) Obtenida la conciencia, comienza la transformación: tú mism@ te juzgas y tú mism@ te condenas a sacrificar lo superfluo.
5) Eliminas las ideas locas, los sentimientos injertados, los deseos fantasmagóricos, la ansiedad por poseer sin perder.
6) Le das un sitio no invasor al niño interior, te liberas del yugo familiar y lo que pides a los otros te lo das a ti mism@.
7) En tu interior todo se vuelve positivo. Pones tus restos de negatividad al servicio de tu trabajo espiritual.
8) Desarrollas los sentimientos superiores, el don de sí. No hay rencor, hay perdón, humildad y entrega.
9) Te liberas de creencias, ideas, autoconceptos, definiciones: encuentras al Ser Esencial, el que eres más allá de las palabras.
10) Entras en el Presente Absoluto, donde no hay búsqueda sino existencia permanente. Entregas tu conciencia al universo.
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Imagen: Old Blank Journal by goRillA-iNK
Montaje de Imagen: Manny Jaef
@alejodorowsky en Twitter
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