Ouspensky en Fragmentos de una Enseñanza Desconocida escribió:
La esencia es la verdad en el hombre; la personalidad es la mentira. Pero a medida que aumenta la personalidad, la esencia se va manifestando más y más raramente, más y más débilmente; aun muchas veces la esencia se detiene en su crecimiento a una edad muy temprana y no puede crecer más.
Pero Gurdjieff va mucho más allá, e incorpora una estrambótica teoría que explica que existen entre los hombres multitud de muertos vivientes, personas en las que se da una total ausencia de la esencia.
Ouspensky en Fragmentos de una Enseñanza Desconocida escribió:
Además, sucede a menudo que la esencia de un hombre muere mientras que su personalidad y su cuerpo permanecen vivos.
Y no es precisamente un caso excepcional entre los urbanitas de las metrópolis.
Ouspensky en Fragmentos de una Enseñanza Desconocida escribió:
Casi todas las personas que vemos en las calles de una gran ciudad son así, interiormente vacías; en realidad, están ya muertas.
El estudiante del cuarto camino piensa esperanzado que dispone de alguna oportunidad para evitar el aciago destino de verse convertido en un zombie pero, al mismo tiempo, es natural que también pueda experimentar un profundo sentimiento de angustia y desasosiego al estar rodeado de desalmados. Gurdjieff consideraba que la ignorancia en la que el hombre moderno se ve sumido servía a modo de pantalla protectora frente a la visión de tal horrenda realidad.
Ouspensky en Fragmentos de una Enseñanza Desconocida escribió:
Es una suerte para nosotros que no lo veamos y que no sepamos nada de ello. Si supiésemos cuántos hombres están ya muertos y cuan numerosos son los cadáveres que gobiernan nuestras vidas, el espectáculo de este horror nos haría perder la razón. De hecho, muchos hombres se han vuelto locos porque han entrevisto esta realidad sin una preparación suficiente; han visto lo que no estaban facultados para ver. Para estar en condiciones de afrontar esta visión impunemente, hay que estar en el camino. Si un hombre que no puede hacer nada viera la verdad, seguramente se volvería loco. Pero esto sucede rara vez. En el curso ordinario de las cosas, todo está ordenado en forma tal que nadie puede ver nada prematuramente. La personalidad no ve sino lo que quiere ver, y lo que no es contrario a su experiencia. No ve jamás lo que no le gusta — lo cual es a la vez una ventaja y una desventaja. Es una ventaja para el hombre que quiere dormir, y es un obstáculo para el que quiere despertar.
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Montaje de Imagen: Manny Jaef
@alejodorowsky en Twitter
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