martes, 29 de julio de 2014

Sólo Para Futuros Psicomagos, Por Alejandro Jodorowsky

La psicomagia, siendo el producto de una intensa experiencia teatral y artística, es imposible que pueda ejercerla una persona que no ha practicado un arte. Se encontrará en ella elementos que se asemejan al happening y a la performance, a la poesía, a la pintura y la escultura o a las artes marciales. Otros grandes inspiradores de este arte sanador han sido la magia tradicional, el chamanismo y las técnicas de los curanderos populares. Quien decida dedicarse profesionalmente a impartir consejos psicomágicos, debe antes practicar el Tarot (tal como lo enseño en mi libro La vía del Tarot), conocer la historia del teatro, de las artes plásticas, de la magia, del chamanismo, de las artes marciales. Leyendo a grandes poetas debe desarrollar su sensibilidad; conocer las teorías psicoanalíticas, profundizar la psicogenealogía y, sobre todo, dejando de lado cualquier doctrina religiosa, prepararse, con la misma pasión con que lo hace un monje budista, a vencer el apego a su individualidad, formada por la familia, la sociedad y la cultura para, venciendo la discriminación, proceder impersonal-mente durante las consultas... La creatividad psicomágica no es innata, ni se puede lograr de un día para otro, requiere muchos años de pacientes esfuerzos.
La preparación de un psicomago puede dividirse en tres etapas: ser dueño de sí mismo en la vida cotidiana, desarrollar su nivel de Conciencia y construirse una moral de vida objetiva.

En la primera etapa, el aspirante debe...

...aprender a fijar su atención en un solo tema, un solo punto, una sola acción, vencer sus perezas, siempre terminar lo que ha comenzado, proponerse hacer lo mejor posible lo que está haciendo, nunca permitirse, aun en la soledad, actitudes indignas de su nivel espiritual, eliminar todo vicio, manía, gesto repetido, controlar sus expresiones faciales, no hacer muecas, estar alerta en cada instante, desarrollar su generosidad, esforzarse por escuchar a los otros, evitar crearles problemas, adaptar su manera de hablar al nivel intelectual de quien lo escucha, agradecer conscientemente cada don, explorar sus posibilidades corporales, dejar de autodefinirse, no mentir ni mentirse, no complacerse en el dolor o el temor, ayudar al prójimo sin hacerlo dependiente, no imitar ni desear ser imitado, no ocupar demasiado sitio, hacer el menor ruido posible, responder honestamente a cada pregunta, no dejarse impresionar por personalidades fuertes, no apropiarse de nada ni de nadie, no engañar, no seducir, no seguir modas, sólo comer lo necesario, proteger su salud, no hablar de problemas personales, no establecer relaciones amistosas inútiles, ser puntual, limpio y ordenado, no envidiar los objetos y los éxitos de sus prójimos, hablar lo estrictamente necesario, no exhibirse, no gesticular inútilmente, nada de más, no pensar en los beneficios que va a producir su acción o su obra, nunca amenazar, no aceptar trabajar en lo que le disgusta, no prostituirse, cumplir siempre sus promesas, respetar sus contratos, ser capaz de olvidarse de sí mismo y ponerse en el lugar del otro, no eliminar sino transformar, nunca llegar de visita sin aportar un regalo, no cambiar de camino a causa de críticas o alabanzas, perdonar a sus padres y a quienes le hicieron mal, dejar venir a su espíritu todos los pensamientos, sentimientos y deseos, por monstruosos que sean, y dejarlos pasar, sin identificarse con ellos, ayudar a los otros a ayudarse a sí mismos, nunca aceptar un «no» o un «sí» injustos, vencer las antipatías y transformarlas en benevolencia, vencer su orgullo y transformarlo en dignidad, vencer su cólera y transformarla en creatividad, vencer su avaricia y transformarla en amor a la belleza, vencer la envidia y transformarla en amor por los valores del otro, vencer su odio y transformarlo en generosidad, vencer su falta de fe y transformarla en amor al universo, enfrentar sus pesadillas y vencerlas, no permitirse en los sueños comportamientos que no admitiría estando despierto.

En la segunda etapa, el aspirante debe...

...reconocer sus juicios subjetivos y no aplicarlos a los otros como si fueran verdades objetivas, comprender por qué está vivo y qué debe hacer para cooperar con los proyectos del universo, no estar a merced de su cuerpo (sabiendo que las impresiones de los sentidos pueden ser engañosas), no permitir que las enfermedades le afecten el espíritu ni que la inercia, a la que llaman depresión, le impida desarrollarse, no inhibir sus deseos (insatisfacción) ni tampoco exacerbarlos (obsesión), no identificarse con los sentimientos negativos, lazos absorbentes con personas, sociedades y lugares, atracciones o repulsiones, miedos, ansiedades y rabias acumuladas que se han convertido en odio, barrer de la mente los diálogos internos, los sueños en la vigilia, la sugestionabilidad, el deseo de atribuirse valores ajenos, los egoísmos vulgares y la imaginación tóxica que le divierte para hacerle olvidar que es mortal, dejar de acumular con voracidad impresiones o crearse conductas postizas plagiadas de personalidades importantes, despertar en su espíritu la fe (confianza y no mera creencia), la esperanza (esfuerzo correcto para lograr lo que es y no deseo neurótico para lograr lo que debería ser) y la caridad (amor a la humanidad, la que fue, la que es y la que vendrá), respetar a los otros no por las desviaciones narcisistas de su personalidad, reflejadas en comedias publicitarias, diplomas, premios, cuerpos remodelados, voracidad económica, adornos excesivos, sino por su desarrollo interno, desarrollar armoniosamente sus cuatro centros: intelectual, emocional, sexual y corporal, no refugiarse en un solo centro o dos, para reprimir los restantes, estableciendo barreras interiores donde sus pensamientos, emociones, deseos y necesidades viven en tiempos e intensidades incompatibles, saber descansar, su mente en silencio, su corazón no discriminando, su sexo sintiéndose satisfecho y su cuerpo agradeciendo estar vivo, eliminar hábitos y repeticiones, siguiendo sus legítimos de-M-IIS, no copiando lo que otros hacen ni comparándose con ellos en constante competición, darse cuenta de que es imposible conocer a los seres en su totalidad y preocuparse de verificar si las relaciones que establece con ellos obedecen a proyectos constructivos, dejar de actuar para acumular méritos, no huir sino enfrentarse voluntariamente a sus sufrimientos, ser capaz de no desperdiciar la energía mental, emocional, sexual o física, siempre pensando que lo que obtiene para él mismo debe desearlo también para los otros, nunca convertir, por ataduras infantiles, las mentiras en supersticiones, darse cuenta de que más importante que lo que le sucede es cómo reacciona ante ello, comprender que su voluntad consciente sólo es libre cuando la ejerce en unión con la voluntad del Inconsciente.

En la tercera etapa, el aspirante debe poder afirmar sinceramente:

Lo que vendrá, vendrá y lo acepto.
No guiaré mis acciones por miedo a castigos infernales o por codicia de premios celestiales.
Seré lo que soy y no lo que los otros quieren que sea.
Aceptaré las leyes proclamadas por la colectividad, pero en mi mente y en mi corazón permaneceré libre de pensar y amar lo que desee.
Lo que no soy, nunca lo seré. Lo que en verdad soy, lo seré siempre.
Dejaré de afirmar que mi realización está en el futuro. Es ahora cuando debo realizarme, hacer fructificar mis potencialidades.
Si Dios no está aquí, no está en ninguna parte. Si yo no estoy aquí, no estoy en ninguna parte.
No voy a desdeñar el presente por un misterioso porvenir.
Si hay un más allá, no necesito saberlo ahora.
Cuando venga lo que tiene que venir, si es algo, nada me impedirá saberlo. Si es nada, yo también seré nada. ¿Por qué entonces angustiarme?
Me desprenderé de las ideas necias formadas por creencias hijas de la angustia: soy lo que estoy siendo, no lo que fui ni lo que seré, viviré decidiéndome a pensar que si ahora, domando mi espíritu, alcanzo la paz, en el futuro, si soy consciente, seré capaz de existir con felicidad en cualquier dimensión.
Entonces, sin preocuparme por ese Más Allá, gozaré expandiendo los límites de mi Conciencia, conociendo todo lo que me sea posible conocer, sin estancarme defendiendo límites intelectuales, emocionales, sexuales o materiales.
Para poder conocer y amar a los otros, aprenderé a conocerme y amarme a mí mismo.
Comprenderé que lo mejor que me pudo haber pasado en este mundo fue nacer.
Comprenderé que lo que llamo morir es una transformación necesaria.
Comprenderé que lo que hay en el mundo no define la esencia del mundo.
Un montón de basura en un cáliz de oro no le quita calidad, sólo lo ensucia momentáneamente.
Hay violencia en él, egoísmo, fanatismo, pero el mundo no es eso: a pesar de la abundancia de hechos negativos, es un paraíso básico, un terreno que yo debo limpiar y utilizar de forma positiva. Extraer la basura del cáliz y en su lugar poner un diamante.
La existencia es sagrada. Yo soy sagrado.
Todo lo que obtenga lo compartiré con los otros.

Alejandro Jodorowsky en “Manual de Psicomagia”. 

╰☆╮

Diálogo vía Twitter
Preguntan a Alejandro Jodorowsky en Twitter:
- @haloyatu: Maestro, ¿me puede explicar a qué se refiere: “...el aspirante a psicomago debe barrer de su mente los diálogos internos”?
Respuesta: Si no controlas tu ego, este no cesa de funcionar dialogando consigo mismo. Es un cacareo mental que te impide ver a los otros.


∼✻∼
@alejodorowsky en Twitter

3 comentarios:

  1. Mestro y para ser un mago de psicomagia depende de mi o hay un tiempo definido?

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  2. quiero ir a una lectura del tarot y conocerle, cual es la direccion? Gracias.

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  3. Maestro leí su libro de psicomagia tiene técnicas interesantes para deshacerse de esos perjuicios que uno trae arrastrando

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