sábado, 15 de agosto de 2015

Jodorowsky En Busca De La Juventud Perdida


El cineasta filma las últimas escenas de Poesía sin fin, película que recrea su despertar artístico junto a Enrique Lihn y Nicanor Parra. En la cinta, ambientada en Santiago en los 50, actúan el poeta sirio Adonis y la coreógrafa Carolyn Carlson.

A los 86 años y en pleno invierno santiaguino, Alejandro Jodorowsky  se cuestiona por un momento las temerarias decisiones que ha adoptado en el último tiempo. Mirando fijamente a la cámara web del portal Indiegogo, donde busca recursos para la posproducción de La poesía sin fin,  proclama: “¿Qué hace un viejo como yo, con 86 años y medio, haciendo una película  y yendo a trabajar con un ejército de técnicos?”. Luego, enumerando todas las partes del cuerpo que le duelen, aclara que además se levantó a las seis de la mañana y que cualquier sufrimiento es mínimo en comparación con el “éxtasis” de hacer cine para que la gente sane.

Es el Jodorowsky de los últimos 25 años, el mesiánico y con cabarets místicos en grandes teatros. De alguna forma, el artista nacido en Tocopilla ya asumió aquella postura en su cinta La danza de la realidad, donde muchas veces se dirige al espectador y rompe el eje narrativo tradicional de la historia. Precisamente para la película que está haciendo ahora planea una compleja escena que, según su productor local Xavier Guerrero Yamamoto, será un momento culminante de la historia.  “La filmaremos el martes 25 de agosto a las cinco de la tarde en el Teatro Caupolicán. La idea es contar con cinco mil extras y la entrada es gratis”, dice Guerrero, el hombre que ha estado en la producción de La danza de la realidad y de la inminente continuación, Poesía sin fin.

Durante estos últimos tres meses el rodaje de Poesía sin fin ha enfrentado a Jodorowsky con un mundo que dejó enterrado hace más de medio siglo. Es el de Santiago entre fines de los 40 y mediados de los años 50, cuando se introdujo en los círculos artísticos de Enrique Lihn, Nicanor Parra y Stella Díaz Varín, entre otros. Es una bohemia al fin del mundo que para Jodorowsky significó el centro de todo y que al mismo tiempo despertó su interés por salir de Chile.

La película Poesía sin fin introduce otra vez a los personajes de Jaime  y Sara, padres del realizador interpretados por Brontis Jodorowsky y Pamela Flores, respectivamente. También repite Jeremías Herskovitz, el muchacho que con 10 años interpretó al pequeño Jodorowsky en Tocopilla. Ahora tiene 13 y durante un tramo de la cinta es él quien sigue a cargo del rol. Luego lo hace Adán Jodorowsky, quien musicalizará la producción de la misma forma que lo hizo en La danza de la realidad.

El paisaje, de acuerdo al paso del tiempo, ya no es Tocopilla por supuesto, sino Santiago. Por ahí desfilan ciertos personajes secundarios salidos de una mente surrealista y afiebrada, parientes también de los enanos, los payasos y los esqueletos de La danza de la realidad. No por nada la escena que se rodará en el Teatro Caupolicán ha sido rotulada como “Circo” y en su propuesta habrá algo de los cabarets místicos que usualmente propone el artista chileno. “La idea es estar en un festival como Cannes en el 2016. La danza de la realidad ya fue el 2013, pero en una muestra paralela. Nunca una película chilena ha ido a la sección oficial. Ojalá esta pudiera ser la primera”, dice Guerrero Yamamoto, quien  además adelanta que la compañía francesa Le Pacte es parte del filme. La distribuidora ha estado detrás de largometrajes como Mia madre de Nanni Moretti, Polvo de estrellas de David Cronenberg y Timbuktu de Abderrahmane Sissako, todos competidores y algunos de ellos premiados en Cannes.

Con una campaña online por el mínimo de 150 mil dólares actualmente en curso, Poesía sin fin entrará luego a posproducción y montaje. “Esta es la única forma de hacer una película así. Después, todo el dinero se va con lo que se llevan las salas de cine. Se necesita el apoyo de quienes quieran y puedan”, sostiene el productor sobre el filme cuya página de apoyo online es Indiegogo.com.

Varios de los involucrados llegaron a Poesía sin fin en calidad de admiradores o amigos de Jodorowsky. Entre los primeros está el  australiano Christopher Doyle, director de fotografía de Wong Kar-Wai (Con ánimo de amar) y Zhang Yimou (Héroe) y entre los segundos el poeta sirio Adonis y la destacada coreógrafa estadounidense Carolyn Carlson. Todos han deambulado, cada cual a su manera, por los barrios del Parque Forestal, Recoleta y Matucana, donde se desarrolla esta historia de noches largas, títeres, poesía y encuentros decisivos. El escritor Adonis (ver recuadro), por ejemplo, interpreta al fotógrafo Andrés Racz, quien recibe en su desvencijado departamento del Barrio Lastarria a un joven Jodorowsky cargado con una maleta de títeres. Tras el encuentro, Racz toma le decisión de dejar Chile para siempre y establecerse en Estados Unidos. Como recuerdo, le deja al joven tocopillano su habitación de calle Villavicencio, la primera que tuvo tras llegar a Santiago.

“Estoy trabajando en esta película fundamentalmente por admiración hacia Jodorowsky. Soy poeta, trabajo con palabras y quiero entender cuál esa la dimensión poética que él tiene de la imagen”, dice el escritor, de 85 años, uno menos que el chileno. Ambos viven en París.

Nacida en California hace 72 años, Carolyn Carlson ha trabajado para la Opera de París y es una de las más importantes representantes de la danza contemporánea. “Interpreto a María Lefebre, una mujer que en ese momento tenía 70 años y tuvo mucha influencia en el joven Jodorowsky. Ella le enseñó el tarot y también definió su futuro”, cuenta. “Las cartas que le muestra son la estrella, el diablo y, lo más importante, el carro.  A continuación le dice que su vida será viajar, viajar y viajar. Después de eso, él abandona Chile y nunca más vuelve”, explica Carlson, que conoció a Jodorowsky hace 40 años, en una presentación de la Opera de París.

Aquel encuentro tenía un objetivo claro: Jodorowsky quería a Carlson para un personaje en su proyecto fallido de Duna. La bailarina rechazó el rol porque implicaba tres meses de rodaje fuera de casa, principalmente en México, interpretando a una “mujer muy mayor”. Cuatro décadas después, el círculo se cierra para ambos y Carlson está en condiciones de interpretar a María Lefebre (“otra mujer muy mayor”, dice) en un filme de Jodorowsky que se rueda a miles de kilómetros de París.

Fuente: La Tercera

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