jueves, 13 de agosto de 2015

Dos Respuestas De Alejandro Jodorowsky Para Salir De La Cárcel Mental


PRÓLOGO DE ALEJANDRO JODOROWSKY:

Responderé a dos consultaciones al mismo tiempo, porque tanto Rudolf como Daniel están prisioneros de su ego, formado por la familia, la sociedad y la cultura, ambos escapándose de la vida real. Se podría decir que la solución de Daniel, sumergido en el aburrimiento, sería realizar el sueño de Rudolf y conseguir la mítica iluminación. Lamento decirles que si se vive “con mi madre y mi padre. Ellos me mantienen y me dan que comer” o “la relación con mi padre siempre ha sido un tanto distante, mi madre es un tanto invasiva. Vivo con todos ellos”, no es posible conquistar una conciencia superior. Para lograrla tendrán que desprenderse de todos los pedidos infantiles a padres que no supieron cumplir su misión. Estas son las dos cartas:

Rudolf:

He pensado que debo dedicarme el máximo tiempo disponible a meditar. Hasta incluso no trabajar. Deseo alcanzar la iluminación. Me interesa conocer lo que es realmente la espiritualidad. También tengo el sueño de ir a perú o méxico y contactar con chamanes.
No siento atracción por el sexo. Es más no lo reprimo, creo que lo he trascendido. Como un monje tibetano, un fakir, etc...
Por otro lado, estoy soltero y de vez en cuando pienso en encontrar mi alma gemela o media naranja, para luego, practicar tantra-yoga o sexualidad sagrada. Es que todo ser humano se relaciona con alguien, tal vez deba hacerlo también.
Me gusta la soledad, el leer libros y ver películas. Tengo 22 años.
Vivo con mi madre y mi padre. Ellos me mantienen y me dan que comer.

Daniel:

Muchas veces no se bien a que dedicar el tiempo, no encuentro la motivación por hacer algo. Tengo 28 años y soy Ingeniero, actividad que por cierto me gusta, también me gusta el arte, cantar, escribir poemas. Pero es extraño, como que se que me gustan estas cosas, pero en el fondo no encuentro la motivación, la determinación de realizarlas con eficacia, siempre las hago a medias. Creo que es importante señalar que siempre he sentido que mis padres, desde pequeño, nunca me han entendido como yo quisiera. Ellos son adventistas y yo no tengo ni quiero tener una religión, de todas formas ellos lo respetan. Siento que me hubiese gustado que desde pequeño hubiesen fomentado más en mi la capacidad de tomar decisiones, de expresarme, no se. Ojala me hubiesen tratado mas como a un ser vivo independiente en su forma de pensar, de ser, de sentir, y no como algo a lo que hay que moldear de alguna forma de acuerdo a sus ideas y conceptos. He sufrido mucho con esto, pero cada vez menos, ya que he crecido un poco y entiendo la falta de conciencia que ellos sufren. Tengo un hermano mayor que es enfermero, la relación con mi Padre siempre ha sido un tanto distante, mi madre es un tanto invasiva. Vivo con todos ellos. Entonces, ¿qué puedo hacer para superar bien estas cosas?

RESPUESTA DE ALEJANDRO:

Para salir de la cárcel mental, con sus ensueños de inmanencia (estoy encerrado dentro de mí) y trascendencia (soy un espíritu puro) hay que ver con toda valentía cuales son nuestros verdaderos límites. Lean lo siguiente en voz alta: “No puedo vencer a la muerte, ni la mía ni la de los otros... No puedo impedir que mi cuerpo envejezca, ni el mío ni el de los otros ni el de las estrellas... Me es imposible conocerlo todo. Nunca veré al universo entero... Siempre habrá alguien más fuerte que yo, más sabio que yo, mas bello que yo... Nunca tendré un cuerpo perfecto... No puedo bastarme a mí mismo, siempre necesitaré la ayuda de otro... Nunca me aceptará todo el mundo. Siempre habrá quienes me nieguen... Nunca tendré la prueba objetiva de que el otro me ama de verdad... En el futuro seré olvidado. Mis rasgos personales se esfumarán... Todo lo que sé no son verdades sino creencias... Nunca me conoceré por completo... Nada es mío...”.

Con valentía, aceptando estos límites, dándonos cuenta que tenemos un plazo relativamente corto de vida, debemos aprender a no depender económicamente de personas o entidades que nos exigen el sacrificio de lo que realmente somos, es decir de lo que realmente nos gusta. El joven debe escapar de la jaula familiar y emprender la aventura de encontrarse a si mismo viajando por todos los lugares posibles, abandonando lo seguro por lo incierto, experimentando, luchando, en fin, divirtiéndose sin cesar, haciendo de cada día una fiesta, rechazando auto destruirse con drogas tontas y vicios menores, rompiendo la imagen de sí mismo con que lo ha marcado el árbol genealógico para dejar surgir nuevas facetas de su ser. ¡Cuidado, Rudolf! Es un mito que los monjes trascienden el sexo. Mi maestro Zen Ejo Takata fue obligado en el monasterio a masturbar a su instructor. Es anormal la castidad en un adulto: es deseo culpable reprimido. La espiritualidad es mente vacía, corazón lleno y sexo satisfecho. ¡Cuidado Daniel! No es que las cosas no sean interesantes, lo que pasa es que tú vives en un ambiente que no te motiva, con una personalidad adquirida. Cuando seas lo que verdaderamente quieres ser, la vida te apasionará.

Texto tomado de Plano Sin Fin
Imagen: Rosemberg Coley 

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