viernes, 29 de noviembre de 2013

Mágica, Sagrada, Alquímica, La Poesía De Alejandro Jodorowsky (Segunda Parte)

Ese sentido trascendente subyace también en la producción artística y poética de Alejandro Jodorowsky, concebida como vía de experimentación, exploración y expresión poética de la conciencia. Varios son los imaginarios que comprende el código de la alqui­mia, y que el autor integra de un modo sutil en su producción. El trabajo de purificación y unificación de la materia comprende los cuatro elementos naturales, que el artista identifica con algunos de sus referentes poéticos en Chile, en una suerte de mandala alquímico donde “Neruda era el agua, Parra el aire, De Rokha el fuego, Gabriela Mistral la tierra y Huidobro, en el centro, la quintaesencia” (Psicomagia 35). Su prosa poética y sus versos hacen también mención explícita a metales que se alean y fusionan como metáfora del proceso transformador:

Como el oro que se derrama del mineral, como la plata que se extrae 
del plomo, desprendiéndose de innumerables máscaras surge su 
rostro impasible. Espejo antiguo, cuerpo inmaculado, semejante a la 
luna sin mancha, fija lo que es puro [...]. Capta la sutil arquitectura 
de los seres y establece la armonía... (No basta decir 159).
Hombre de acero he pasado toda mi vida esperando a la mujer 
imán.
Aquella que puede convertirse en aire para que yo la respire.
Aquella para quien todos mis caminos se convierten en templos.
Ave que me encumbre al averno transformado en aureola... (Solo de 
amor 42).

El proceso alquímico consta de tres pasos equivalentes a los de la mística: el nigredo semejante a la vía purgativa, el albedo parecido a la vía iluminativa, y el rubedo también denominado “coito” o “coniunctio” que remite a la vía unitiva. Esto supone que, bajo ciertas alusiones de Jodorowsky a la mística, subyace además un guiño a este otro código hermético. Así en Ignorancia sabia refiere:

Si él no la conociera, ¿cómo podría desearla? La ruta hacia lo 
verdadero está siempre tan lejos. En cierto modo, su fe la crea. 
Caminando en la noche oscura no se preocupa por llegar al fin del 
camino, sólo vigila sus pasos. Sus palabras son pocas y siempre 
ambiguas, no quieren violentar ni ser inadecuadas... (No basta 
decir 166).

Idea que recuerda en cierto modo las palabras de San Juan de la Cruz en el “Prólogo” de su Cántico espiritual: “la sabiduría mística [...] no ha menester distintamente entenderse para hacer efecto de amor y afición con el alma, porque es a modo de la fe, en la cual amamos a Dios sin entenderle” (Antología de poesía y prosa 84). La vía iluminativa o albedo alquímico aparece sugerida en poemas como El placer es una luz: 

El placer es una luz que surge
de la sombra de nuestras caricias
Tu mirada viene de lo profundo
tiene el resplandor del alma
Tuyo es el reino del olvido
en su frontera se disuelven los disfraces
y uno avanza hacia tu templo
sin nombre ni edad ni memoria
para entrar en el cáliz divino
como una hostia que arde (Solo de amor 19).

Finalmente el rubedo, coniunctio o vía unitiva expresa en la alquimia la fusión de los metales que da a luz al perfecto andrógino, al hermafrodita esencial, y en la poética de Jodorowsky, a la íntima unión amorosa:

Nuestra piel convertida en evangelio [...]
La gruta entre tus piernas gestaba monedas de oro
Que rodaban hirviendo hasta entrar en mi pecho,
Gestos expresando lo inefable gritos de luciérnaga,
Un temblor de carne extendiéndose por la Tierra entera
[...] Nos acariciábamos hasta alisarnos como esferas 
(Pasos en el vacío 64).

María Teresa Sánchez Carmona. “El poder de la palabra: poesía y alquimia en Alejandro Jodorowsky”.

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Enfrenta voluntario el sufrimiento, vierte amor en tus gusanos hasta que engendren alas perfumadas.
— Alejandro Jodorowsky 
Tienes tus ancestros incrustados en la piel y en los sesos. Avanza hacia el futuro desprendiéndote de su tiranía.
— Alejandro Jodorowsky 
¿Quieres elevarte sobre un zócalo de voluntades muertas? Esos seres subyugados son espejos de tu impotencia.
— Alejandro Jodorowsky 
Si la humildad entra en tu lengua, entonces, como escultura de santo pulida por besos de creyentes, tu boca podrá verter palabras como soles.
— Alejandro Jodorowsky 
No te definas por el murmullo de tu piel, ni por los abuelos de tu carne, ni por aquello que anida entre tus piernas.
— Alejandro Jodorowsky 
Ni llamaradas de semen ni parpadear de ovarios impedirán que la energía del deseo te conduzca hacia el dios que te habita.
— Alejandro Jodorowsky 


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@alejodorowsky en Twitter
Montaje de Imagen: Manny Jaef 

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