sábado, 8 de agosto de 2015

¿Dónde Está Babá?


Un niño pequeño tiene un perro llamado Babá, al cual adora. Un día, mientras está en el colegio, Babá se escapa, cruza la calle corriendo y un automóvil lo atropella.
Sabiendo el amor que su hijito tiene por el perro, la madre teme que sufra un shock terrible cuando se entere del accidente. Decide, entonces, ir a buscarlo al colegio para darle la mala noticia con delicadeza.
-Yo sé -le dice ella mientras regresan caminando- que eres un niño muy valiente. Y querría que hagas la prueba y que no llores ni grites porque... voy a decirte algo muy triste: Babá ha muerto.
-¿Ah, sí? -dice el pequeñuelo con toda frialdad ¿Cómo ha sido?
-Hace un rato, lo atropellaron en la calle...
-Esas cosas suceden, mamá. No te preocupes...
Y el niño no llora ni grita mientras continúa jugando con su yoyó.
La madre, que temía lo peor, está asombrada.
Apenas llegan a casa, el pequeño recorre todos las habitaciones gritando «¡Babá! ¡Babá!».
Luego, regresa junto a su madre y pregunta:
-¿Dónde está Babá?
-Pero, mi niño, te dije que estaba muerto.
Entonces el niño estalla en sollozos y lanza alaridos...
-¡Pero qué es esto! Cuando te lo dije hace un momento no te conmoviste, ni siquiera lloraste...
-Es que entendí mal -dice el niño entre lágrimas-, creí que me decías que papá había muerto.

Cuando un pequeñuelo no ama a su padre, y demuestra que éste le es indiferente, no es por culpa suya sino del adulto... El niño, con sus padres, es como un espejo. Si una madre mira siempre a su bebé con rostro inexpresivo, éste crecerá con profundos problemas mentales. La mujer que sostiene a un niño en brazos, cuando ella le sonríe, por instinto él la imita y sonríe. Asimismo, cuando ella le muestra un rostro amoroso, él también expresa ese mismo sentimiento. Es un intercambio... Si un padre, ausente o ensimismado, trata con indiferencia a su hijo, no juega con él, no ríe, no ensalza sus valores o no lo acaricia, éste acabará respondiendo con igual indiferencia. Los adultos que asisten al sepelio de sus padres sin derramar una sola lágrima y sin sentir nada, son productos de tal situación: como no fueron amados, son incapaces de sentir amor. Tienen el corazón blindado.
Sin embargo, no podemos decir que su corazón esté vacío. En la naturaleza de los mamíferos se da este tipo de amor. Probablemente por ser de sangre caliente, en los períodos de intenso frío las parejas y sus crías necesitaron protegerse juntando sus cuerpos para obtener calor. Si no se juntaban, sentían peligro de muerte. Quizá por eso al amor se le relacione con calor y a la indiferencia con el frío... Aunque podría ser también que el amor viniese determinado ya en los genes. No es que los padres y los hijos no se amen, tan sólo sucede que no saben expresar y vivir correctamente ese amor. Debido a problemas inherentes al árbol genealógico, por ejemplo haber sufrido abandono o no haber recibido el cariño necesario, algunas personas temen amar, y creyendo no merecer lo que ansían, entonces se enquistan o huyen o se camuflan o atacan. Y esta relación dolorosa se va repitiendo de generación en generación. El hombre que no ha recibido amor paterno no sabe ser padre; así como la mujer rechazada por su madre no sabe ser madre...

Alejandro Jodorowsky

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