Ay ese ensordecedor pedido Ay ese derrumbe
ese quererte hacer aire y tierra y piel y sangre
como la luz, como la miel, como una loba negra.
Jurar por mi vida desprenderme de mi mismo
hasta lograr que tú seas el alma
que emana de mi carne como una bestia invisible.
¿Quién conoce el gusto suave de tu sombra?
¿Quién ve en ti esa luz que viene de otros mundos?
¿Qué más puedo ofrecerte sino mi propio centro?
Porque cubres con tu aliento mi soledad de niño,
a mi puerta cerrada la abres con un gesto
Cautivo surjo yo con tu rostro grabado en mi cara
La voz con que me llamas no se parece al alba
pero sí al sonido del himen que se rasga
desde adentro dando a luz una Virgen inasible.
∼✻∼
Imagen: Janelle McKain
Montaje de Imagen: Manny Jaef
@lejodorowsky en Twitter
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