Si los padres, no comprendiendo esto, rechazan ciertos actos de sus hijos por considerarlos perversos, como por ejemplo que acaricie el pene de su padre, o gratifique su propio sexo frotándose contra su madre, o que una niña le diga a su padre que quiere ser su novia y tener un hijo de el, etc., conferirán culpabilidad a esos gestos naturales, reprimiendo el impulso. Este impulso (que en la infancia es sano y necesario), por no satisfecho, persistirá en el adulto, convirtiéndose en una obsesión incestuosa.
Conozco el caso de una pequeñuela que, cuando su padre salio desnudo del baño y ella le miro con fascinación el sexo, su madre le dio una fuerte bofetada, creándole, ya adulta, problemas para establecer una pareja.
A las personas así reprimidas, ningún amante las puede satisfacer. El deseo de hacer el amor con la madre o el padre se les revela en sueños, o en equivocaciones verbales (en lugar de llamar por su nombre a sus consortes, lo llaman con el nombre de su padre o de su madre); buscan personas mayores, de preferencia dominantes; o casadas y con hijos. Muchas veces se unen con quienes tienen el mismo nombre que sus padres; o tienen parejas que siempre son inferiores a sus progenitores; la suegra cocina mejor, tiene mejor gusto y elegancia; o el suegro es más poderoso, mas inteligente, mas amoroso...
Para salir de esta opresiva situación, recomiendo no luchar contra el deseo de incesto, sino reconocerlo y realizarlo metafóricamente:
Se debe tomar prestado un traje (sin que la madre o el padre se den cuenta) y, si es posible, ropa interior que preferentemente ellos hayan usado y este aun sin lavar. Desnudo/desnuda, haga el amor con su amante vestido con el traje y la ropa interior de su madre/padre. En el momento del orgasmo (real o fingido), exclame no el nombre de su pareja sino el de su madre/padre. Realizado el coito, lave la ropa y envíela envuelta como un regalo anónimo a su madre/padre, añadiendo una caja de bombones (para la madre) o una caja de cigarros (para el padre).
Esto mismo puede hacerse si es un deseo que se presenta entre hermanos. Si el consultante es homosexual, le aconsejo que vista a un amante con ropas de su padre. En el momento del orgasmo debe gritar lo más fuerte que pueda el nombre de su progenitor.
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Alejandro Jodorowsky en “Manual de Psicomagia”.
Montaje de Imagen: Manny Jaef
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