Volviendo al tema de la energía sexual, ésta representa la fuerza más poderosa a nuestro alcance, pudiendo no solamente producir el reequilibrio energético en la propia persona, sino también en terceras.
Todo está en saber como despertar esta energía y como dirigirla.
Diversas escuelas, tanto de origen taoísta como de origen yoga tántrico, se han ocupado largamente y durante incontables centurias de este tema, continuando en nuestros días, aunque sus secretos han sido guardados celosamente.
Si la energía primordial llamada kundalini, que se aloja en el cuerpo físico es despertada, pasando de un estado latente a un estado dinámico, toda la energía del universo, es puesta en circulación en el sistema energético de la persona. Dado que, kundalini una vez cumplida su función diná-mica creativa pasa a un estado inactivo o de latencia, denominado por los tántricos, de sueño, normalmente, el humano no dispone de esa energía para sus actividades diarias.
La energía que las personas disponen con cierta facilidad es la energía sexual, que tiene un poder enorme y fue comparada por Albert Einstein con la energía nuclear, diciendo que era mucho más poderosa en sus efectos. Pero si esta energía una vez despertada no puede ser adecuadamente controlada y canalizada, se transforma en un elemento pernicioso para el organismo, de ahí la urgencia que todos tenemos en liberarla. Los efectos de su represión han sido harta-mente comprobados como productores de seve-ros daños físicos y psíquicos. Pero si esta energía es adecuadamente encausada, es la mejor herramienta de reequilibrio energético y regeneración orgánica y la génesis de todas las más geniales obras de creación artística a lo largo de la historia.
Fuente: Ceapa
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