lunes, 26 de mayo de 2014

EL FRUTO

Tras años de férrea meditación, de testarudos ayunos, de implacable ascetismo y obsesiva recitación de mantras, sutras y cualquier plegaria que encontrase, ¡por fin se le abrió el tercer ojo!
Con él le salió también una segunda nariz, otro par de labios, un doble cráneo y en vez de ser admirado por Buda como lo esperaba, lo contrató una feria ambulante y se ganó la vida exhibiendo a su hermano siamés.

Brontis Jodorowsky en Tumblr
Imagen: siamese dream by Benjamin Otero
Montaje de Imagen: Manny Jaef





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