miércoles, 20 de noviembre de 2013

Al Olvidarnos De Nosotros Mismos, Nos Cae Encima El Dolor Del Mundo. -Alejandro Jodorowsky

(...) Comprendí que somos nosotros mismos quienes alimentamos nuestros terrores. Aquello que nos atemoriza pierde toda su fuerza en el momento en que dejamos de combatirlo. Es una de las enseñanzas clásicas del sueño lúcido. 
Acepto cualquier etiqueta, sabiendo en mi fuero interno que no me reduzco a ser lo que se percibe de mí, el que los demás creen que soy.
Ella no curaba para ganar dinero, ganaba dinero porque curaba.
El brujo o chamán probablemente sería incapaz de describir rigurosamente su propia práctica; para ello tendría que situarse en el exterior, verse actuar y descifrar su funcionamiento. Ahora bien, su poder está precisamente en el hecho de mantener con el mundo una relación interna.
Desde el punto de vista material, el desprendimiento consiste en ejercer sabiendo que uno puede dejarlo en cualquier momento sin por ello encontrarse sin recursos.
Para estar en condiciones de ayudar a una persona, no hay que esperar nada de ella y se tiene que entrar en todos los aspectos de su intimidad sin sentirse uno involucrado ni desestabilizado.
En realidad, la toqué con el espíritu. En aquel momento yo no era un hombre, sino una entidad. Hay que ser capaz de tocar el cuerpo del otro, de entrar en contacto con su espíritu, sin que esta proximidad despierte en nosotros problemas aún no resueltos.(...) Lo importante es situarse en un estado interior que excluya toda tentación de aprovecharse del otro, de abusar del poder que uno tiene sobre él... (...) desde el momento en que interfiere la voluntad personal, el deseo o los temores, la relación de ayuda pierde su justificación y se convierte en una mascarada.
Lo importante es aceptarse uno mismo. Si mi condición actual me produce malestar, es señal de que la rechazo. Entonces, más o menos conscientemente, trato de ser distinto del que soy; en definitiva no soy yo. Si por el contrario acepto plenamente mi estado de este momento, estoy en paz. No me lamento por creer que debería ser más santo, más bello, más puro de lo que soy aquí y ahora. Cuando soy blanco, soy blanco; cuando soy oscuro, soy oscuro, y punto. Ello no impide que trabaje en mí, que trate de ser un instrumento mejor; esta aceptación de uno mismo no limita las aspiraciones sino que las sustenta. Porque sólo se puede avanzar a partir de lo que se es realmente. 

Alejandro Jodorowsky, en “Psicomagia” 


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  Montaje de Imagen: Manny Jaef 
@alejodorowsky en Twitter

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