lunes, 24 de agosto de 2015

Yo Soy Eso O De La Experiencia Poética...


Estamos unidos al Todo. Somos Todo. Todo se modifica en la medida en que lo observamos. No existe manera de no intervenir. El Wu Wei (hacer sin hacer) de los japoneses nos habla de eso, de aceptar nuestra condición.

Heisenberg nos dice en su Principio de Indeterminación o Incertidumbre no podemos saber la posición y velocidad de un electrón. O sabemos a la velocidad que va o sabemos dónde está; pero las dos cosas a la vez no. Y también dice que nuestra observación o medición afecta el suceso. Porque para realizar la medida (para poder “ver” de algún modo el electrón) es necesario que un fotón de luz choque con el electrón, con lo cual está modificando su posición y velocidad; es decir, por el mismo hecho de realizar la medida, el experimentador modifica los datos de algún modo.

O sea que el objeto y el sujeto forman un todo indivisible.

La famosa Paradoja del gato de Schrodinger propone un experimento imaginario, donde un gato es encerrado en una caja con material radioactivo, el cual al desintegrarse, desencadenaría una liberación de veneno que mataría al gato.

En esta situación, cuando no se puede abrir la caja para ver lo que está ocurriendo, se dice que el gato está muerto y vivo al mismo tiempo. Sólo cuando la caja sea abierta se puede determinar si el gato está vivo o muerto.

Uno no tiene forma de saber si el gato en la caja está vivo o muerto. La mecánica cuántica diría que el gato está en una superposición de estados; porque está ambos, muerto y vivo.

Digamos que el observador modifica lo observado. No se está diciendo que el observador modifique lo observado debido a una intervención directa, sino a que el mero hecho de la observación cambia lo que es observado.

Bohr dice: “El objeto y el sujeto forman un todo indivisible”.

Para mí es una frase hermosa que contiene mucha poesía. Me recuerda a lo que dice Bungaku Hakusi en su libro Zen en el arte del tiro con arco: “Respecto del tiro de arco, significa que arquero y blanco dejan de ser dos objetos opuestos, y se transmutan en realidad única. El arquero ya, no está consciente de su yo, como un individuo cuya misión es acertar el blanco. Mas ese estado de no-conciencia lo alcanza sólo si está enteramente libre y desprendido de su yo, si se aúna a la perfección de su destreza técnica”.

Por otro lado el maestro Zi Zhan en el año 1000 dijo: “Antes de pintar un bambú éste debe crecer en el interior del artista”.

Sen no Rikyu (monje budista japonés y maestro de la ceremonia del té) lo dice de otra manera. “La gente está siempre mirando afuera de sí misma, preguntándose cuándo florecerán los cerezos en la colina o el bosque, sin comprender que los cerezos y los arces otoñales habitan sus propios corazones”.

Martin Buber dice: “Yo es Tú” en su tratado “Ich und Du”.

Todos hablan de lo mismo. Todos hablan de que estamos relacionados directamente con los demás.

El vendedor de cigarrillos Nisargadatta Maharaj quién en el año 1934 se iluminó y luego escribió su gran obra “Yo soy eso” nos habla de lo mismo.

Eso para mí es la poesía. Eso para mí es el Haiku. Es algo que está sucediendo en cierto lugar determinado, en un momento exacto con un punto de vista. Ese punto de vista transforma lo mirado. Es una experiencia.

Lo que yo les propongo es que no nos resistamos al delicado encanto de la experiencia poética.

Fuente: Colores y Pasiones, un blog de Emilio Fatuzzo.
Imagen: Nisargadatta Maharaj (1897-1981)

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