A una mujer madura (no importa la edad) no le basta con el deseo sexual o el enamoramiento (amistad, los sentimientos positivos que le provoca la persona, complicidad, ternura, “Yo” social... etc.) sino también le importa el estilo de esa persona, su humor, la riqueza de su experiencia, sus ideas, espiritualidad, su madurez psicológica (alto carácter), su espíritu de trabajado, su independencia, su sentido de responsabilidad, de liderazgo, su ética, su capacidad de auto observación, de domar y encausar a sus pasiones, de amaestrar a su ansiedad y rabia; como también su entrega a su misión a la vida a la muerte, su creatividad y cultura... Etc., es decir: la fineza de su intelecto.
Cristóbal Jodorowsky en Facebook
Ilustración: Figren (Samu)
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